Carlota Casiraghi nació en Mónaco pero es parisina: no solo porque vive allí con su marido, Dimitri Rassam, y sus dos hijos. Estudió allí, trabaja allí y su estilo GRITA París. Así, la no-royal pasó por una fiesta de las muchas que se celebarn durante la semana de la Alta Costura vinculada al mundo de la moda; y ella misma fue MODA, como siempre, vestida con su estilo parisino más auténtico, informal y, claro, elegantísimo a pesar de que se trataba de un evento que no requería etiqueta. La culpa de que su look fuera la perfección la tuvo, en primer lugar, el color negro que dominaba todas las prendas. En segundo lugar, la combinación que eligió, tendencia absoluta: falda plisada midi de (efecto) cuero, el jersey de punto clásico de cuello vuelto y los botines un poquito cowboy con tacón híper sensato. BOOM.
No era un evento que requiriese etiqueta, Alta Costura, peinado y maquillaje profesional ni taconazos. Y, aún así, Carlota fue la más elegante combinando prendas de última y de eterna tendencia.
La falda plisada midi es una de las estrellas de este invierno, y más si es de efecto cuero. Híper favorecedora, queda bien a todos los tipos de cuerpo, combina con todos los colores… Acierto asegurado. El jersey de punto con cuello vuelto es el clásico entre los clásicos; Carlota es fiel a la que, además, es una de las piezas favoritas de las parisinas, de nacimiento y de corazón, como ella.
Los botines son una preciosidad, una versión suavizada de los cowboy con un comodísimo tacón de unos dos o tres centímetros, sencillos, prácticos y sofisticados. Los mismos que se podría haber puesto para ir a trabajar por la mañana y que no se ha quitado por la noche… y siendo la mejor vestida del evento.
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