1. Un ritual a tu medida
“Tomar las riendas de tu belleza”, como decía mademoiselle Chanel, significa entender todas las necesidades que tiene tu piel. El concentrado botánico de alfalfa de su línea Le Lift es capaz de transformar la calidad de la piel de la misma forma que el retinol, pero sin sus efectos secundarios.
2. No te saltarás la doble limpieza
Primero con aceite, que disuelve la suciedad, el maquillaje, los restos de SPF y el propio sebo oxidado que exudan tus poros. Lo bueno es que, además, deja una película grasa que evita que el segundo paso, el limpiador espumoso, arrastre los lípidos de tu piel. Lo que sí se lleva son los residuos de sudor y las partículas contaminantes.
3. Hidratarás tu piel a diario
Debería ser obligatorio. Porque estas cremas, no solo aportan el agua que te falta, también la sellan en el interior de tu piel. Y son la única vía para reforzar la barrera de protección natural de la capa córnea, primera y esencial defensa contra bacterias y gérmenes. Las bajas temperaturas y la falta de humedad ambiental crean un desequilibrio. Y ponen en peligro ese escudo.
4. Darás prioridad a tus labios
En permanente lucha con la acidez de la saliva y sin glándulas sebáceas, se deshidratan en tiempo récord. Y recuperarlos de la sequedad desértica que los cuartea no es nada fácil. Es mejor evitarlo. Abusa de bálsamos y aceites (mejor sin petrolatum en su fórmula), que aportan ese brillo lacado tan de moda.
5. Controlarás el azúcar
El exceso navideño de dulces lo estás pagando ahora con granos, rojeces e irritaciones. Es lo que tiene la glucosa: que produce un fenómeno denominado glicación. Y no solo acelera el envejecimiento cutáneo, también reduce las defensas naturales de la piel. Necesitas bloquearlo todo con ingredientes antiinflamatorios y regeneradores.
6. No te olvidarás del tónico
Aunque suene a cuidado de abuela, es la pieza clave que reequilibra el pH de la piel tras someterla al estrés de la limpieza. Su efecto calmante es esencial tras enjabonar, frotar y arrastrar la suciedad. Y prepara el rostro para recibir los activos de tus cremas.
7. Te mimarás por encima de todas las cosas
Los 10 minutos de paz que le dedicas a una mascarilla puede aprovecharlos para meditar (que ahora se lleva más que el mindfullness). Porque la reparación intensa que te procura su concentración de activos requiere un estado mental de tranquilidad absoluta que de verdad mejora los resultados.
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