Cuatro meses después, Mila Ximénez está de vuelta en su puesto de trabajo. La colaboradora de ‘Sálvame’ se sentó de nuevo en el que es su plató ayer por la tarde, tras ese paréntesis provocado por su entrada en la casa de ‘GH VIP 7’ (donde quedó tercera finalista) y unas semanas de descanso para recuperarse de la intensidad del encierro entre esas cuatro paredes en Guadalix de la Sierra.
Si bien es cierto que el pasado sábado se sentó en el ‘Deluxe’, aún no lo había hecho junto a sus compañeros. Y, parece, la bronca que tuvo con Belén Esteban después de las declaraciones de Mila en la revista ‘Lecturas’ días antes asegurando que la de Paracuellos tan solo había ejecutado una venganza, quiere que todo discurra de una manera más tranquila.
«No tengo ganas de sangre y de bronca», eran las palabras con la que se presentaba en son de paz, conocedora de que la situación con algunos de sus compañeros no va a ser como la dejó antes de hacer las maletas hacia el concurso. «La gente en la calle me dice que ha llorado conmigo, que ha reído conmigo, que se ha cabreado conmigo. Entiendo que la gente puntúe mi concurso pero los que lo han visto es la gente que ha votado», decía.
Acto seguido, manifestaba entender cómo habían valorado los colaboradores del programa en el que trabaja su paso por el ‘reality’. No se puede gustar a todo el mundo, y ella es más que consciente. «Yo fui crítica con ellos, ¿por qué no van a serlo conmigo?«, decía antes de añadir una frase de agradecimiento a todos los que han confiado en su participación: «Doy las gracias a la gente que me ha hecho vivir 103 días y que saliese de la casa como ganadora».
¿Le durará mucho la actitud conciliadora a una Ximénez a la que hemos visto exaltarse ante la audiencia en multitud de ocasiones?
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