Las dietas ‘detox’ han adquirido una popularidad apabullante en los últimos tiempos. Estos planes de alimentación prometen eliminar las toxinas del cuerpo con el objetivo de hacernos sentir mejor tras temporadas de excesos.
Después de las navidades, la palabra ‘detox’ es una de las más buscadas, ya que tras infinitas comilonas, lo único que queremos es perder el peso que hemos ganado más pronto que tarde. No hay que decir, que muchas de ellas son un timo, ya que prometen resultados que no se cumplen a corto plazo.
Lo que sí es cierto es que funcionan, no porque sirvan para ‘eliminar’ o ‘compensar’ los alimentos malos que has ingerido, sino porque el cambio drástico en el consumo de calorías supone una gran pérdida de peso, sobre todo de líquidos.
El cuerpo, de forma natural, ya expulsa las toxinas que necesita por sí mismo, por lo que no es necesaria ninguna dieta específica que realice este proceso. Lo que sí hacen las dietas detox es incorporar en la dieta una gran cantidad de frutas y verduras, lo que hace que no retengas líquido y por consiguiente, te sientas más ligera, liviana y tus digestiones sean rápidas y nada pesadas.
La parte de ‘depurar’ tampoco es cierta, ya que como mucho, aportan minerales y antioxidantes, pero no limpian el cuerpo. Básicamente, el éxito de estas dietas reside en que los alimentos que se consumen son naturales, poco procesados y llenos de nutrientes, por lo que esa sensación de ‘limpieza’ no se debe a la supuesta desintoxicación, sino al plan alimenticio.
Pero… ¿Qué efectos adversos tienen?
-Son muy restrictivas y mientras las haces, tendrás una gran carencia de nutrientes de diversos grupos.
-El efecto yoyo está asegurado, ya que cuando retomes tu alimentación, volverás a recuperar todo el peso de forma muy rápida.
-Son poco sostenibles en el tiempo, por lo que el abandono está asegurado tarde o temprano.
-La falta de nutrientes hará que sientas que tienes poca energía, por lo que estarás muy cansada y pecarás tarde o temprano.
-Llevan consigo la pérdida de masa muscular debido a la falta en la ingesta de proteínas.
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