La noticia se confirmó este jueves: JJ Abrams será uno de los megaproductores mejor pagados de la historia de Hollywood después de firmar un acuerdo con WarnerMedia hasta 2024 valorado en 500 millones de dólares.
El director de Star Wars: El ascenso de Skywalker firma para mantener su sello de producción Bad Robot bajo el paraguas de WarnerMedia, el estudio bajo el que se producen películas como Wonder Woman y series como Riverdale. Con su nuevo acuerdo multimillonario, Abrams y Bad Robot seguirán produciendo series, películas y programas para ellos.
Algunos ejemplos recientes de esa colaboración incluyen Westworld, de HBO; Castle Rock, una serie de Hulu sobre personajes de las novelas de Stephen King; y las todavía pendientes de estrenar Little Voice, una serie de Apple TV+ con canciones originales de Sara Bareilles; y Lovecraft Country, una serie de terror de HBO producida por Jordan Peele (Déjame salir).
El caso de Abrams está lejos de ser una excepción en el actual statuo quo de Hollywood. WarnerMedia hizo lo propio con Greg Berlanti (Los 100, The Flash, Arrow) al renovarle el contrato por 400 millones de dólares. Y Netflix ya asumió hace un par de años que las nuevas marcas no solo son Marvel, Pixar, et al., sino también los grandes creadores televisivos. O al menos ese es su órdago. Ahí están los fichajes de Kenya Barris (Black-ish) por 100 millones de dólares; de Shonda Rhimes (Anatomía de Grey, Scandal) por 150 millones de dólares; y de Ryan Murphy (American Horror Story, Glee) por 300 millones de dólares.
Con las guerras del streaming en marcha, estudios y plataformas están apuntalando sus cadenas de montaje a través de productores que cuenten con un historial de éxitos tangible. La idea es que esos creadores veteranos refuercen su catálogo y atraigan nuevos suscriptores a sus plataformas, tanto si ya existen (Netflix, Amazon Prime Video) como si no (Disney+, HBO Max).
Con Abrams, WarnerMedia se asegura tener bajo su amparo a uno de los nombres más conocidos del panorama cinematográfico y televisivo global. Los grandes éxitos de Abrams en la pequeña pantalla pueden contarse con los dedos (Perdidos, Fringe, Person of Interest, Westworld), pero el sello de Bad Robot es culpable de blockbusters cinematográficos de la talla de las últimas Mission Impossible de Tom Cruise, las Star Trek dirigidas por el propio Abrams y, cómo no, la última trilogía de Star Wars que también lidera el cineasta.
Desde WarnerMedia, es posible que esperen que Abrams y Bad Robot trabajen en producciones de género como las que les preceden, y eso incluye proyectos televisivos, cinematográficos, digitales y de videojuegos. A su alcance, Abrams y los suyos contarán con el robusto armamento de producción y marketing del estudio, así como distintas plataformas de distribución, que les permitirán convertir sus creaciones en fenómenos globales. Si es que Netflix, Disney+, Apple TV+ y el resto de contendientes a ganar las guerras del streaming no se han comido todo el mercado antes.
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