Desde hace meses, las redes sociales avisan de la vuelta al minimalismo, y esta predisposición también se ha advertido en las manicuras. Instagram, esa red social que actúa como prescriptora de tendencias, alertó de una vuelta de tuerca arty de las uñas nude, ‘la manicura virgen’, creada en un salón de Kiev, que hace furor entre las editoras de moda.
Al mismo tiempo, Rosalía -una de las embajadoras de las uñas imposibles- rebajaba el exceso y recurría a unas uñas más sutiles. Dos pruebas más que evidentes de que, después de años de manicuras maximalistas, la vuelta a los pequeños detalles había llegado para quedarse.
Por suerte, las tendencias (antagónicas) conviven sin reducir a las contrarias al ostracismo. Y en la actualidad, es posible recurrir a una manicura francesa versión 2020, como Kendall Jenner, y un día después, decantarse por unas uñas como las que ha lucido Dua Lipa en su cuenta de Instagram.
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La cantante, que comparte con otras celebridades como las hermanas Hadid, Penélope Cruz o Ariana Grande a su manicurista de cabecera, la japonesa Mei Kawajiri, se ha propuesto empezar el año con flores, arcoíris, fuego y smileys.
Una manicura, que sirve como ejemplo para aquellas personas que quieran llevar la creatividad también a las uñas y, de paso, insuflar a todos aquellos que las vean de toneladas de optimismo.
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