Durante los últimos tres meses, hemos visto cómo Rocío Flores ha evolucionado. La que pisó por primera vez el plató de ‘GH VIP 7’. cuando su padre no había hecho nada más que poner un pie en la casa de Guadalix de la Sierra, poco o nada tiene que ver con la última que vimos en el mismo lugar y con Antonio David ya fuera de concurso.
Rocío, que hace un par de años acudió a Mediaset para recibir a su tía Gloria Camila a su salida de ‘Supervivientes’ y ocultaba su cara bajo el pelo, ha madurado a nivel televisivo. Ella es consciente de la familia de la que proviene, de los problemas que en la misma ha habido y de el interés que suscita ya no una, sino hasta media palabra suya. Esas que Jorge Javier Vázquez ha tratado de extraerle con sacacorchos con más pena que gloria…
Por eso, el morbo de poder verla en un ‘reality’ es mayúsculo. Dicen que, hace un año, ya estuvo en los planes de Telecinco para llevarla a Honduras. Su padre, se opuso. No nos cabe duda de que fue por protección. Ahora, la posibilidad de que esté en el ‘casting’ de ‘Supervivientes‘ suena con una fuerza atronadora hasta para ella, que está amoldándose a su nuevo papel.
Rocío ha madurado. Y puede que hasta esté preparada para ser ella la protagonista en vez de la escudera de su padre. Sabe de sobra que no quiere dar detalles de esa mala relación con su madre, Rocío Carrasco, pero, en un ‘reality’ en el que no tienes ni qué comer, todo se complica. ¿Sería capaz de instalarse ese hermetismo si le ofrecen una tortilla después de días sin llevarse nada al estómago? Ese es el dilema que se plantea.
La encrucijada en la que se ha metido la sitúa como personaje público. Le gusta más o menos. Ha sido ella (o su padre… o los dos en una decisión conjunta) los que así lo han querido. Ahora, tiene que decidir si seguir andando por este sendero y exponerse de un modo que no habrá retorno o parar en seco.
Y todo ello, mientras la empresa de ‘coaching’ nutricional para la que trabaja está en el punto de mira. El pasado fin de semana, en ‘Viva la vida’, se advirtió de que podría ser víctima de una estafa, que es a lo que se dedicaría la empresa a la que presta sus servicios en las redes sociales.
De ser esto así, puede que la tele sea su huida hacia adelante. Ese camino que nunca deseo, pero que, ahora, podría haber supuesto una tentación lo suficiente grande como para dar un puñetazo en la mesa y demostrar que es nieta de La más grande.
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