La reina Letizia es una de las mujeres mejor vestidas del mundo según la prensa extranjera. La edición digital de Vogue US la califica como "una de las royals más estilosas", mientras la periodista Amy Fine-Collins acaba de incluirla en el Hall of Fame de su International Best Dressed List. Desde luego, en 2019 ha hecho méritos para ingresar en este prestigioso ránking,en el que comparte lugar con la actriz Zöe Kravitz o el tenista Roger Federer.
La reina empezó 2019 con fuerza. Para su primer acto oficial, la Pascua Militar, repitió un vestido de terciopelo de Felipe Varela, que combinó con una chaqueta de tweed de Emporio Armani y una capa con cuello de piel de Carolina Herrera para protegerse de las gélidas temperaturas de esa mañana de enero en la capital. En la solapa, un broche de perlas y diamantes de la reina Victoria Eugenia. Una de las joyas de pasar que no había lucido hasta la fecha y que apunta una de las notas dominantes de su estilo durante los últimos 12 meses: se siente cómoda con las alhajas reales y así lo ha demostrado en numerosas ocasiones. La más espectacular, la entronizacion del emperador Naruhito de Japón el pasado octubre.
Doña Letizia aterrizó en Tokio con todos la artillería pesada : la tiara Flor de Lis, regalo de boda de Alfonso XIII a Victoria Eugenia. Una pieza soberbia que no le veíamos desde febrero de 2017 y que, realizada en platino y diamantes, tiene el sobrenombre de ‘la buena’; el collar de chatones, también de diamantes, que lució por primera vez en ese viaje; los pendientes a juego y otro par de diamantes y esmeraldas de la reina Sofía. En ese viaje además se confirmó otra de sus inquietudes estilísticas: la de apoyar a diseñadores españoles como Matilde Cano, autora del vestido estampado con el que acudió a la ceremonia de entronización. Cano, una modista afincada en Córdoba, experimentó lo que su colega sevillana Cherubina en junio, cuando Letizia escogió por sopresa uno de sus diseños para la imposición de la Orden de la Jarretera a don Felipe en el Castillo de Windsor: un aumento considerable de sus ventas.
Además de Cherubina o Matilde Cano doña Letizia ha introducido nuevas etiquetas nacionales –Pertegaz– e internacionales en su guardarropa. Es el caso de la inglesa Temperley, una de las favoritas de Sara Carbonero, o de Dries van Noten. El modista belga, que desde 2018 pertenece al Grupo Puig, como Nina Ricci o Carolina Herrera. Esta última es, a fecha de hoy, la diseñadora favorita de la reina. En el último año la ha vestido en más de una decena ocasiones.
En 2019 la reina ha vuelto a recurrir a Zara -y de otras marcas del Grupo Inditex como Massimo Dutti o Uterqüe-, de Mango y de marcas francesas como Sandro y Maje. Ha comprado por Internet -en Asos– y ha despistado a las Letizia Watchers con un par de modelos cuya autoría no ha sido posible identificar. Pero el gran misterio de su guardarropa sigue siendo el actual paradero del que fuera su modista de cabecera: Felipe Varela. ¿Se ha afincado en Miami? ¿En París? Seguiremos informando.
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