Desde los años 20 hasta la actualidad: así ha ido evolucionando el estilo premamá con el paso de los años.
Aunque Meghan Markle ha sido la última premamá más influyente del mundo, cabe recordar cómo vestían antes las mujeres cuando estaban embarazadas. Si bien Lady Di sigue siendo una auténtica fuente de inspiración en ese sentido, hemos viajado en el tiempo hacia principios del siglo XX para comprobar lo mucho que ha cambiado la concepción del estilo premamá que tenemos hoy en día. Sin embargo, nos hemos topado con detalles, e incluso estilismos completos, que conservamos hoy end día.
Desde los años 20 hasta la actualidad: así ha ido evolucionando el estilo premamá con el paso de los años.
Años 20
A principios del siglo XX, las mujeres comenzaban a salir de los corsés que la sociedad había impuesto en sus armarios y apostaban por prendas ligeramente más holgadas. De entre las más populares, destacan los vestidos largos de estética casi victoriana, con bordados en el cuello y mangas abullonadas. La comodidad propia de una mujer embarazada ya empezaba a ser una constante del estilo.
Años 30
Una década después, los trajes y los dos piezas experimentaron su boom más fuerte, convirtiéndose también en el estilismo ‘go-to’ de las futuras madres.
Años 40
En los años 40, los vestidos midi de estilo camisero lo eran todo. Las mujeres buscaban marcar cintura de cualquier forma y, en este caso, lo conseguían con vestidos ceñidos en esa zona y con gran caída hacia un largo midi (muy en tendencia en este momento).
Años 50
El gusto por los dos piezas volvió a vivir su momento de esplandor gracias a los estilismos de celebrities embarazadas, como Sophia Loren. Cabe destacar este como el momento en el que las famosas y la moda se aliaron para influir en el armario de todo el mundo.
Años 60
El dos piezas mantuvo su posición en el podio aunque empezaró a compartir escenario con abrigos de corte clásico, que funcionaban a modo de vestido. Jackie Kennedy fue una de las embajadoras del estilo y, hoy en día, Kate Middleton continúa su legado.
Años 70
La tendencia hippie de finales de los 60 empezó a consolidarse en los 70 a través de vestidos fluidos, prendas relajadas y estampados de flores. Las futuras mamás de la época tenían una clara debilidad: vestidos anchos y zapatos cómodos.
Años 80
Si pensamos en el estilo premamá de los años 80, hay un nombre que se nos viene a la cabeza en un primer lugar: Lady Di. La princesa de Gales estuvo embarazada en esta época y, dado que sus estilismos ya eran una auténtica fuente de inspiración en cualquier circunstancia, embarazada también ejercía dicho poder. Su debilidad eran los vestidos camiseros que incluso Meghan Markle ha llevado en los meses en los que estaba esperando la llegada de Archie.
Años 90
La estética grunge se aliaba aquí con los vestidos de fiesta más gloriosos de las famosas. En una década en la que las supermodelos y estrellas de cine eran el foco mediático en todos los sentidos, es lógico pensar que todo cuanto llevaban cuando estaban embarazas, era puesto en práctica también en la calle.
2000
Llegó la nueva década y con ella los pantalones de tiro extra bajo, las cazadoras de cuero con cuellos elevados y los ‘tops’ con el ombligo al aire. Así, Victoria Beckham, Sarah Jesssica Parker o Jennifer Lopez se elevaron como musas de estilo mundial en este y todos los sentidos.
2010
Ya en la década de los 2000 se llevaban los jerséis de estética ‘oversized’ y los leggings más cómodos. Combinación del todo recurrente para futuras mamás y sus looks de diario, como fue el caso de Claudia Schiffer y Beyoncé.
2015
A mediados de década, por el año 2015, Kate Middleton se convirtió en la futura mamá que todo el mundo quería copiar. La Duquesa de Cambridge recuperó el gusto por los abrigos de corte clásico a modo de vestido, tal y como se llevaban en los años 50. Los trajes y los dos piezas más sobrios también fueron su comodín en este y en el resto de embarazos que ha tenido.
2018-2019
Sin embargo, Meghan Markle llegó para revolucionar lo que, hasta ahora, teníamos concebido como el estilo ‘premamá’ más cómodo. La Duquesa de Sussex, al contrario que su cuñada, nunca se ha negado ha llevar un vestido bien ceñido o un blusa con escote y unos Manolo Blahnik bien altos.
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