El comino podría ayudarnos a perder peso gracias a sus beneficios

Seguro que has escuchado en más de una ocasión hablar sobre esta especia. La alcaravea o el comino de prado forman parte de nuestra gastronomía desde hace siglos. Pero también se ha empleado en la medicina natural, ya que sus semillas se pueden transformar en té o bien en aceites esenciales capaces de mejorar la digestión. Aunque entre sus cualidades nos ha llamado la atención una en concreto: este tipo de comino podría ayudarnos a perder peso. Así lo ha sugerido un estudio llevado a cabo por la Facultad de Ciencias de la Universidad de Malaya.

Comprobaron que tras suministrar 30 miligramos de aceite de alcaravea o comino del campo a varias mujeres, tras 90 días, estas lograron reducir significativamente su masa corporal. También observaron cómo mermaba en ellas la ingesta de carbohidratos. Y aunque esta investigación aún necesita más estudios que la corroboren, lo cierto es que apunta resultados muy interesantes.

Otros beneficios del comino del campo

La pérdida de peso no es la única ventaja que conlleva. Como adelantábamos antes, esta especia se ha utilizado en la medicina tradicional durante años por diversos motivos.

– Puede reducir la inflamación gracias a sus propiedades antioxidantes. Su uso alivia dolores inflamatorios, especialmente los que se relacionan con el aparato digestivo.

– Ayuda a mejorar la digestión y alivia la hinchazón, reduciendo los gases. Por eso sus cápsulas o su aceite es un remedio natural que se toma tras las comidas.

– Puede ser un alimento saciante gracias a su sabor, parecido al del comino común, pero con un toque más picante. Por tanto puede ser práctico para reducir la ingesta de calorías.

Y aunque no es habitual encontrarlo en los supermercados, sí se puede conseguir en herbolarios o en tiendas personalizadas. La alcaravea o comino de prado se vende en forma de suplementos, aceite o bien en polvo o semillas para su uso culinario, pues es un buen complemento para dar sabor a guisos, ensaladas o en panadería.

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