Cuando Miley Cyrus parecía haber dejado atrás a esa chica rebelde que parecía ir asociada a su papel de Hannah Montana, de repente, nos encontrábamos con su separación de Liam Hemsworth, de la noche a la mañana, y sus fotos dando rienda suelta a la pasión con una muje. ¿Había vuelto a las andadas?
Quizás no tanto como antaño, pero su excesiva pérdida de peso y ciertos comentarios misteriosos en sus redes sociales, hacían sospechar que Miley había dejado atrás ese buen camino por el que le había hecho transitar su hasta entonces marido. Que, por cierto, tiempo más tarde aseguró haberse enterado de su separación con el comunicado que ella emitió a los medios.
Hace unas semanas, su exconcuñada, Elsa Pataky, manifestaba públicamente que Liam se merecía algo mejor. Unas palabras con las que parecía alegrarse de la ruptura por el alivio que habría supuesto para el actor. Y que ahora tendrían respuesta en el último tatuaje que se ha hecho la cantante.
Porque Miley ha vuelto a escribirse con tinta en el cuerpo y no son pocos los que consideran que ese «freedom» (libertad) que se ha puesto, es una indirecta a su exmarido, pero que también podría dedicarle a Pataky.
Sin embargo, la libertad no parece ser completa, porque ha habido ciertos problemas con el papeleo de su divorcio y, contra su voluntad, comenzarán 2020 como casados a los ojos de la Justicia. El fallo ha sido de Liam, que, de acuerdo con las informaciones que llegan desde Estados Unidos, no rellenó de manera correcta los formularios. Y más la vale darse prisa, porque podría caerle una multa. Tiene hasta el 21 de enero para presentar todo en regla si no quiere que le ‘rasquen el bolsillo’.
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