La colección de trajes sastre de Kate Middleton no deja de crecer. Se han convertido, sin duda, en uno de sus comodines para los look working, y la royal a menudo apuesta por siluetas clásicas de diseñadores como Alexander McQueen, Roland Mouret o Emilia Wickstead en una amplia gama de tonos que van del blanco y el rosa pastel al negro o el burgundy, pasando por el morado y el rojo. Precisamente este es el color que ha escogido para su último look, pero lejos de apostar por un patrón clásico ha lucido el traje más original gracias a su chaqueta asimétrica.
La princesa de Gales acudió a la presentación de su nueva campaña, Shaping Us, un programa centrado en la importancia de los primeros años de vida para el desarrollo de los niños y su futura vida adulta y al que ha descrito como ‘el trabajo de su vida’. Una cita muy importante para ella que tuvo lugar en BAFTA y en el que brilló con su elección estilística.
Kate confió en una de sus firmas de cabecera, Alexander McQueen, estrenando un traje compuesto por una chaqueta roja realizada en crepe con bolsillos solapa y cierre lateral con un solo botón para crear un patrón asimétrico especialmente favorecedor y un pantalón bootcut que sienta bien a todas las siluetas. El traje cuesta 2.480 euros y es una de las últimas adquisiciones del armario de Kate, un conjunto perfecto para un look working de día o para un evento de noche.
Para enfatizar su total look monocolor en color rojo, Kate apostó por llevar los accesorios en ese mismo tono, luciendo un bolso con cadena dorada de Miu Miu y sus inseparables salones de Gianvito Rossi. Con este look, Kate Middleton sigue los pasos de la reina Letizia, que para su viaje a Los Ángeles el pasado mes de diciembre recuperaba un traje con pantalones split firmado por Roberto Torretta que lleva varios años en su vestidor.
Los pendientes asequibles de Kate Middleton
Aunque sus joyeros están repletos de piezas únicas, es cada vez más habitual que las royals luzcan joyas de firmas low cost. En esta ocasión, Kate ha lucido los pendientes Florence de Chalk Jewellery, que pertenecen a una colección inspirada en los detalles ornamentales y la geometría del escenario principal de la Royal Opera House.
Los pendientes cuestan 85 euros y Kate los ha convertido en el accesorio perfecto para romper con su total look rojo sin necesidad de recurrir a las joyas más valiosas de la corona.
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