- Los concursantes más polémicos de Masterchef
- Los momentos polémicos de Masterchef
- Los 30 mejores realities de la historia vistos en España
Junto a La Terremoto de Alcorcón, Mario Vaquerizo y Carmina Barrios ha protagonizado una final de Masterchef Navidad muy reñida. Porque si algo ha tenido esta edición, además de mucho nivel, es que ha sido tronchante. Todo gracias a los aspirantes, que volvieron a los fogones para quitarse la espinita que tenían clavada e intentar ganar. Al final ha sido la actriz y cómica la que ha demostrado todo lo que ha aprendido durante este tiempo.
Para Anabel esta era su tercera oportunidad en el talent culinario, lo cierto es que esta vez se dejó la piel, porque ella es muy competitiva y trabajadora, por eso llegó hasta aquí. Era la favorita, por la que apostaban todos sus compañeros.
Anabel Alonso recibió la visita de su pareja Heidi Steinhardt y de su hijo Igor, de dos años y medio.Para animar a segunda duelista, entró en plató el hermano y la sobrina de La Terremoto de Alcorcón. Tampoco faltaron a la cita a los aspirantes de esta edición. Desde el primer expulsado, José Corbacho, hasta el último, Mario Vaquerizo. Y cómo no, los asesores y exaspirantes de MasterChef Junior, que les acompañaron en esta aventura. Debajo de unas campanas se escondían las cabezas de Almudena y Guadalupe, campeonas de MasterChef Abuelos. Ellas podían intervenir durante el cocinado para echar una mano a las duelistas, un regalazo para cerrar esta edición por todo lo alto.
Anabel Alonso y La Terremoto, el duelo final
Las duelistas diseñaron un menú completo para conseguir el deseado trofeo. El de Anabel, inspirado en los lugares de su vida. La Terremoto de Alcorcón elaboró un menú a través de sus platos como un homenaje a los artistas, a ella se la veía menos apurada que a su compañera y con más cachondeo. No se callaba, ni siquiera en el duelo final. Sus excompañeros desde la galería le llamaban la atención y le pedían que dejara de dar la lengua y que se concentrara. Los jueces le advirtieron: «Anabel está más concentrada que una pastilla de caldo«.
Anabel Alonso confesó que para elaborar este menú la ayudaron desde el restaurante Atrio. La Terremoto de Alcorcón también tuvo quien le echara una mano, en especial Oriol Castro, del restaurante Disfrutar. Las dos estaban muy preparadas. Anabel fue la primera en utilizar el comodín que le regalaron los jueces y le pidió ayuda a Almudena para limpiar las kokotxas. La Terremoto de Alcorcón llamó a Guadaliupe para que le echara un cable con los berberechos.
El menú de la final
«El menú se llama ‘biografía’, un homenaje a mis raíces«, explicó Anabel Alonso, la primera en presentar su entrante: una tosta de tartar con lomo y mahonesa de pimentón. Una «buena carta de presentación», según los propios jueces. «Aquí hay la mano de una gran cocinera«, reconoció Samantha. El menú de La Terremoto de Alcorcón se llamaba ‘carretera y manta’ y se lo explicó a los jueces a modo de cuento. Como entrante, una moluscada que también convenció a los jueces y a Pedro Subijana.
De Anabel los jueces destacaron su técnica y de La Terremoto… Lo de La Terremono no fueron solo buenos platos, lo suyo fue un auténtico show. Su plato principal les dejó con la boca abierta, un bocadillo deluxe. «Un diez», sentenció Jordi. Anabel le dedicó el postre, la guinda del pastel, a las mujeres de su vida. Un homenaje a Argentina que le quería dedicar a su pareja y a su madre. «Está increíble«, confiesó Samantha.
Una final muy reñida, pero solo podía ganar una… ¡Anabel Alonso! Era la gran favorita, por su capacidad de trabajo, por todo lo que aprendido desde la primera vez que puso un pie en el plató… Por eso y por mucho más, se llevó el trofeo a casa. ¡A la tercera va la vencida! Los 25.000 euros fueron para la Fundación Pequeño Deseo. «No me lo creo. En ninguna de mis quinielas estaba yo«, confesó Anabel.
Fuente: Leer Artículo Completo