Nadie dijo que tener pareja fuera fácil. Adentrarse en una relación requiere una multitud de requisitos. Desde prestar atención a la otra persona hasta velar por su salud física y mental. Pero cuando, además, tu pareja sufre problemas como la ansiedad, el apoyo debe ser incluso mayor y, a pesar de que puede resultar abrumador estar pendiente del bienestar de la otra persona, para que no afecte al tuyo propio deberás seguir unas pautas en tu comportamiento que le ayuden a lidiar o a reducir sus niveles de ansiedad.
La ansiedad provoca dos actitudes extremas. La ansiedad puede derivar en dependencia o en aislamiento, lo que provocaría problemas de pareja y tensiones que no son fáciles de resolver. No resulta sencillo mantener una relación en la que la otra persona no sabe estar solo y necesita todo el tiempo tu compañía, pero tampoco una relación en la que el miedo y la huida sean el día a día de sus comportamientos. Por esta razón, para mantener la relación sólida y fuerte a pesar de los altibajos, si tu pareja sufre ansiedad deberás seguir los siguientes consejos.
Paciencia y comunicación
La ansiedad no tiene por qué ser crónica. Hay etapas en la vida en las que las personas se encuentran en situaciones de estrés y en las que las circunstancias no favorecen su estabilidad. Ten en mente constantemente que es tan solo una racha y que con tu ayuda puede terminar antes de tiempo.
Entiende la situación. Necesitarás coger aire varias veces y dedicar mayor tiempo a charlar con tu pareja. Necesitáis comunicación, apoyaros mutuamente y dar a conocer que os encontráis cerca para ayudaros en todo lo que haga falta.
Pregúntale a tu pareja cómo puedes ayudarle, qué necesita en ese momento y si prefiere tenerte a su lado constantemente o necesita un espacio para aliviar su malestar. También podéis meditar y apuntaros juntos a diferentes actividades que le gusten para que se distraiga de sus problemas.
Cuídate e identifica vuestras necesidades
Velar por la salud de tu pareja es esencial, pero más aún lo es cuidar de la tuya. La situación puede ser también estresante para ti y puede que no entender muchos de los comportamientos de la otra persona termine afectándote, por eso, piensa constantemente en la fuente de apoyo emocional que estás siendo. Toma distancia y párate a pensar en que estás ayudando a otra persona e identifica qué necesidades emocionales, psicológicas, físicas y espirituales necesitáis para encontraros en armonía.
Necesita sentirte a su lado, sin agobios. Intenta empatizar, nunca se sabe cuándo te puede pasar a ti. Ponte en su lugar y analiza cómo te gustaría que tu pareja se comportara contigo. Relaciona tu pensamiento con los suyos, busca alternativas y, sobre todo, piensa que en cuanto esta situación pase, la relación se fortalecerá incluso más.
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