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Corinna Larsen desvela cómo fue su primer encuentro con la reina Sofía. La amiga especial del rey Juan Carlos continúa revelando los secretos de su relación en su podcast ‘Corinna y el Rey’. Si en los dos primeros capítulos Corinna revelaba los inicios de su romance y otros detalles como que fue ella la que organizó y pagó la luna de miel de Felipe y Letizia en el año 2004 por orden del Emérito. En la tercera entrega del podcast, producido por el estudio Project Brazen, que podrá escucharse a partir de este lunes 14 de noviembre, la empresaria desvela cómo fue su primer encuentro con la reina Sofía.
En el podcast ‘Corinna y el Rey’ del que ha opinado hasta Bárbara Rey, Corinna Larsen acudió al palacio de la Zarzuela invitada por el rey Juan Carlos junto a otros amigos íntimos del Emérito sin saber que allí se encontraba doña Sofía. «Había oído sobre lo hostil que podía ser la reina Sofía, a la que le obsesionaba que pudiera existir nuestra relación… Así que tenía bastante miedo de poner un pie en el palacio, a menos que tuviera el cien por cien de seguridad de que durante mi visita no coincidiría con ella. También por respeto, porque lo último que quería era montar una escena» revela la empresaria antes de contar cómo fue su primer encuentro con la reina Sofía. «Saludó al invitado y luego me señaló a mí y me dijo algo así como: ‘Sé quién eres’. El Rey parecía completamente desconcertado e incapaz de responder a esta reacción de hostilidad que se estaba produciendo ante otras personas» afirma Corinna y añade que, para todos los presentes, fue una escena bastante vergonzosa.
El rey Juan Carlos le regaló un anillo de pedida a Corinna
Corinna Larsen, que ha sufrido un revés judicial tras la demanda de acoso que interpuso contra el Emérito, también desvela que el rey Juan Carlos le regaló un anillo de compromiso cuando llevaban juntos cinco años, una pieza que llamaba tanto la atención que no se la ponía habitualmente. «Fui muy discreta en público. Tan solo lo sabían un pequeño número de personas en España, amigos íntimos del rey» y asegura que el Emérito presumía de la sortija que le había regalado. «Digamos que teníamos una cena el fin de semana con sus amigos, entonces ahí sí que me ponía el anillo. Él estaba muy orgulloso de ello, se lo enseñaba a sus amigos como lo harías tú, y todas las esposas lo querían ver. Solo tuve la precaución de no llevarlo en reuniones donde pudieran fijarse en él y provocar rumores en torno al palacio», dice.
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