El poder del body positive – Megan Jayne Crabbe libro

Mucho ha llovido desde la primera vez que se empezó a escuchar la expresión ‘body positive‘ en los medios de comunicación. Una por aquel entonces poco conocida Ashley Graham se alzaba como la máxima representante de la lucha por la aceptación corporal, pero detrás de ella había muchas más mujeres defendiendo un movimiento que, a día de hoy, ha conseguido cambiar los estándares de la moda y la publicidad.

Como es el caso de Megan Jayme Crabbe. Puede que su nombre no sea muy conocido en España, pero la historia de superación de esta británica le ha convertido en una de las mayores activistas a nivel mundial del ‘body positive‘. Y es que, tras sufrir varios trastornos alimenticios en su infancia, con 14 años se sumió en la anorexia que le llevó a pesar tan solo 29 kilos y que a punto estuvo de costarle la vida. Después de recuperarse por completo descubrió el famoso movimiento y se unió a la lucha por acabar con la cultura de las dietas y fomentar la estima de cada cuerpo.

Sus mensajes de amor propio y empoderamiento femenino con su peculiar sentido del humor le han llevado a tener más de un millón de seguidores en Instagram y alcanzar el éxito con su libro ‘El poder del body positive‘, que desde agosto está a la venta en España. Con motivo del Día Internacional de la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), hablamos con Megan Jayme Crabbe sobre la importancia del movimiento BoPo.

«Una oportunidad de sanar partes de mí misma que nunca pensé que sería capaz de curar. Aprender sobre la cultura de la dieta, la fobia a la grasa y por qué nos sentimos así con nuestro cuerpo me permitió abandonar la culpa que tenía contra mí. Me di cuenta que empezar a odiar mi cuerpo con 5 años no era mi culpa. Ni tampoco desarrollar un trastorno alimentario. Pasar tantos años creyendo que la delgadez era lo más importante de todo no fue mi culpa. Todo esto solo eran síntomas de crecer en una cultura que se preocupa más por la delgadez que por la salud mental. Y una vez que supe que no era mi culpa, pude decidir que merecía algo mejor».

«Cuantos más ejemplos veamos de personas que abrazan sus cuerpos fuera de los ideales de la sociedad y de los estándares de belleza unidimensionales, más nos daremos cuenta de que esto también es posible para nosotros. Hemos pasado tantos años con un tipo de cuerpo que nos ha sido representado a través de los medios de comunicación como la única manera de ser felices, que ahora estamos reclamando el derecho de representarnos a nosotros mismos. Todos merecen saber que valen mucho más de lo que se les ha hecho creer».

«Es increíble ver que el ‘body positive’ se extiende cada vez más y más y me siento muy honrada de ser una pequeña parte de eso, junto con el increíble trabajo que sé que otros activistas de este movimiento ya hacen allí».

«En primer lugar, la relación entre la salud y el peso es mucho más complicada de lo que creemos y hay grandes evidencias que demuestran que la grasa no siempre es insana y que la delgadez no siempre es saludable. Por otro lado, si realmente nos preocupamos por la salud de las personas, también deberíamos preocuparnos por su salud mental y enseñarles a las personas más grandes que no valorarse o sentir vergüenza por su tamaño solo sirve para destruir su bienestar mental. El ‘body positive’ significa que todos los cuerpos –de todas las formas, tamaños, edades, colores de piel, géneros y habilidades– son dignos de respeto, lo que incluye también a las personas que no tienen una salud perfecta».

«Creo en la alimentación intuitiva, es decir, aprender a escuchar las necesidades de tu cuerpo. No incluyo culpabilidad o vergüenza en mi dieta, no cuento calorías y no creo en las etiquetas ‘bueno’ o ‘malo’ de los alimentos. Creo que tener una relación saludable con los alimentos es tan importante como lo que comemos en realidad. Si alguien quiere dar prioridad al consumo de una dieta nutritiva, debería hacerlo, pero no creo que eso deba ocurrir a expensas de la salud mental. Ninguna dieta es realmente saludable si te obsesionas con ella».

«¡Soy una gran fan del baile en ropa interior! Creo en el movimiento del cuerpo de una manera que te haga sentir bien y no como justificación para ‘ganarte’ la comida. A veces también doy paseos con mis perros, a veces hago yoga, a veces bailo y a veces simplemente no hago nada. Lo importante no es saber que no soy mejor los días que hago yoga ni peor los días que no lo hago».

«Eso sí, también es importante señalar que las personas gordas que deciden no dar prioridad a la buena forma física siguen siendo dignas de respeto. A veces, cuando justificamos el ‘body positive’ diciendo ‘pero la gente gorda también puede ser saludable’, estamos aceptando la idea de que la salud es un requisito indispensable para valer la pena como personas, y por tanto, la gente gorda solo merece respeto si transmite una imagen saludable. De nuevo repito que hay muchas personas que nunca serán capaces de ser parte de esa imagen pública debido a una enfermedad u otro tipo de impedimentos y no por ello dejan de valer la pena».

«No creo que el ‘body positive’ deba parar hasta que todos los cuerpos estén representados y respetados. Y, sobre todo, hasta que esta forma de representación no sea un un problema sino la norma común. Aún nos queda mucho camino por recorrer».

Vía: Women’s Health ES

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