La pesadilla inmobiliaria de José Mota

José Mota lleva varios años viviendo una auténtica pesadilla. Su casa familiar, situada en Mirasierra (Madrid) es un lugar inhóspito y casi inhabitable después de las obras interminables realizadas por la constructora Cospusa S.A., a quien Mota encargó el proyecto más importante de su vida.

Unos trabajos que hicieron que, lo que iba a ser una casa de ensueño de tres plantas, varias habitaciones, dos porches, dos baños y un inmenso jardín se convirtiese en un auténtico infierno. Los responsables de la empresa contratada no solo incumplieron sus obligaciones, sino que pusieron en máximo riesgo a los habitantes de la vivienda, con varios e importantes problemas de construcción: goteras en las habitaciones, azulejos caídos, ventanas sin marcos y que no cerraban, ausencia total de aislamiento en toda la casa, etc. Unas circunstancias que Mota intentó resolver por la vía amistosa y que finalmente acabaron dirimiéndose en los juzgados a principios del mes de noviembre. Un juicio que se alargó durante dos jornadas y en el que se acreditaron, uno por uno, todos los desperfectos de la vivienda.

El fin del proceso judicial

‘Hoy Corazón’ ha tenido acceso a la sentencia —notificada a la partes el pasado miércoles— en la que se reconoce la gravedad de los hechos. Un fallo que no solo confirma que la constructora cometió destacadas negligencias en la controvertida obra, sino que, además, obliga a la compañía a indemnizar al cómico con más de 200.000 euros. Una cantidad que, si bien no repara los daños morales —y físico— ocasionados, sí servirá para que el ‘showman’ y su familia puedan garantizar la seguridad de la vivienda.

En conversación con esta revista, el actor se muestra muy satisfecho con la resolución aunque reconoce estar deseando pasar la página de uno de los episodios más amargos de su vida: «Estoy feliz porque se ha hecho justicia. Esta sentencia demuestra que las obras en mi casa habían sido una auténtica chapuza. Es verdad que nadie, ni siquiera una indemnización, va a pagar las neumonías de mi hija Valeria ni el sufrimiento que llevamos acumulados desde que empezó esta batalla, pero al menos puedo empezar a pensar en el futuro con esta historia resuelta. Es importante que la gente sepa que estas cosas ocurren y tengan mucho cuidado a la hora de elegir con quien trabajan», dice notablemente emocionado.

Tendrá que tener paciencia. En las próximas semanas iniciará las obras para reconstruir su búnker y cumplir su sueño. Tendrá que invertir tiempo y dinero en aislar su casa y retirar gran parte de la piedra de la fachada, pero está convencido de que, con el amor de su familia y el apoyo de sus amigos, logrará que todo sea mucho más liviano.

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