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Si la vida no está para comérsela, disfrutarla y darle la vuelta siempre que sea necesario, ¿de qué va entonces? Y más el verano, que es una época donde pasan cosas muy bonitas, no solo nos referimos a las vacaciones.

Los meses estivales son para no pensar, pensar, las cosas cosas en momentos diferentes, y para vivir muchísimo. Todo pasado por agua, sal, cerveza fría y sol en la cara. Por tanto, los remordimientos por habernos comido helados de más o volver con tres kilos y la mochila llena de recuerdos, no es otra cosa que parte del juego y no nos importa.

No con ello queremos hacer apología de la obesidad o el sedentarismo. Es básico tener un estilo de vida saludable, una buena alimentación y hacer deporte con regularidad. Pero a la mayoría nos ocurre que, después de días de vacaciones donde hemos comido y bebido de más, volvemos más llenas en todos los sentidos.

Lo que nos pasa a todas en verano y nos tomamos con total gracia

Esto es lo que ha querido dejar de ver con toda la gracia del mundo y la normalidad, Cristina Pedroche. A la pregunta recurrente por parte de sus seguidores de: «¿dónde lo echas?», «pues aqú», responde ella. Porque recordemos que tener por marido a uno de los mejores cocineros del mundo, es una gran bendición que solo se puede llevar bien si haces deporte y llevas una vida sana. Pero resistirse a no probar las maravillas resultantes a la altura de Diverxo pero para comer y cenar todos los días en tu propia casa, debe ser imposible. Así que ha mostrado sus kilos cogidos durante sus vacaciones en México, con toda su naturalidad y con algo que hace muy bien desde siempre: reírse de sí misma.

Vía: ELLE ES

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