«En esto de la muerte es algo que todos hemos de afrontar, aunque no en el orden que me ha tocado a mí». Estas palabras las pronunciaba Luis Enrique Martínez en su rueda de prensa de presentación. O de ‘re-presentación’. El técnico asturiano, que hace cinco meses dejaba la Selección nacional alegando problemas personales y dos meses más tarde anunciaba el fallecimiento de su hija Xana, reaparecía.
Y no tenía problemas en afrontar las preguntas sobre la pérdida de la pequeña, que no podía vencer la batalla contra el cáncer. «Hay muy poca información, mucho tabú en torno a esto y es una pena porque es bueno saber cómo afrontar a las personas que pasan por esto… Me siento muy orgulloso de la fortaleza y la entereza de todos ellos», lanzaba este guiño a su familia.
Ya había dado una pincelada al comienzo de su intervención: «Tenía ganas de volver a recuperar la vida y volver a hacer lo que más me gusta, relacionarme con el fútbol, y demostrar a mi familia que la vida continúa».
Por supuesto, el gijonés agradecía el cariño que ha recibido en el momento más difícil de la prensa. Empezando por la prensa que tenía delante, que siempre ha tratado con respeto el tema. Y siguiendo por la afición y los clubes de fútbol: «El apoyo, el respaldo y el respeto ha sido impactante, así como los minutos de silencio en los campos de fútbol».
«Tuve que dejar la selección por el motivo que todos conocéis. Un tiempo que pasé viendo mucho fútbol, mucho ciclismo, e intentando estar mucho tiempo con mi familia», explicaba sobre cómo había tratado de sobrellevar la situación, y dejaba claro que no va a conceder entrevistas hablado sobre el tema: «La verdad es que no he meditado sobre ellos durante este tiempo, pero esto es lo que dice mi mujer: mejor en dosis pequeñas que grandes porque sino te vas a cansar».
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