Mango abre una tienda de más de 2.000 metros cuadrados en la Quinta Avenida de Nueva York

Tras ser fundada en 1984 por el empresario Isaac Andic, en el año 2006, Mango llega a Estados Unidos por primera vez. Ya hacía una década que habían comenzado su expansión internacional más allá de nuestras fronteras, en Portugal, pero llegar a un país como este, con una presencia de moda tan fuerte, era un reto importante. Hoy, más de quince años después de su aterrizaje en el Soho neoyorquino con una tienda estratégica en la intersección de Broadway con Prince, celebran uno de los mayores hitos de su historia como compañía de moda: una apertura por todo lo alto en la Quinta Avenida.

«Abrir aquí es un sueño», introduce Toni Ruiz, Consejero Delegado de Mango, durante la rueda de prensa de presentación en la ciudad. El buque catalán está presente en más de 110 mercados, con más de 2.400 puntos de venta, y la idea es que, dicen, para 2024, el americano sea uno de los cinco mayores puntos de acción para la compañía. La ubicación de este nuevo punto de encuentro para la enseña, en el 711 de la Quinta Avenida neoyorquina, en el edificio Grand Dame, posiciona a la marca en uno de los lugares comerciales más importantes del planeta. «Esta apertura es fundamental para nosotros por el simbolismo que tiene este lugar para la industria de moda global. Además de por el momento en que nos encontramos como empresa: hemos cerrado 2021 con resultados récord y empezamos una nueva fase de nuestro crecimiento», explica a esta cabecera Margarita Salvans, Directora Financiera de Mango.

En esta calle, en efecto, se pueden encontrar los mayores imperios de la industria textil y del lujo, y está presente en el imaginario popular de todo el mundo por la imagen de Audrey Hepburn atinando mordiscos a un croissant frente al escaparate de Tiffany & Co. Este es, en definitiva, uno de los lugares más emblemáticos de la moda a nivel global. A lo largo de estas casi dos décadas en la Gran Manzana, Mango ha entendido cómo ha calado su propuesta diferencial en el consumidor norteamericano. «Sobre todo nos valora en términos de diseño», cuenta Salvans. «El neoyorquino está acostumbrado a convivir con una gran variedad de competencia y está ávido de nuevas propuestas. Por eso esta es una gran oportunidad para Mango en este país, pues nuestro modelo se basa en tomar las grandes tendencias internacionales y traducirlas a un lenguaje propio y universal», remata.

Asimismo, desde la compañía española confían en que este perfil será muy fuerte en la compra online, ámbito en el que Mango es pionera. «Nuestro plan de crecimiento en el país marca que el 70% de las ventas procederán del canal online», predice. Eso sí, su apuesta física seguirá siendo principal en su desarrollo, con espacios como este que transmitan los valores de la marca. «Creemos en las tiendas como un punto privilegiado de encuentro con nuestros clientes, y de expresión de nuestra colección», apunta Toni Ruiz, y de ella esperan que esté «en el top 5 mundial por ventas directas» de la compañía, remata Salvans.

Una experiencia sensorial

La nueva tienda de Mango en Nueva York huele a higos. Es uno de los aromas que trasladan a quien entra por sus puertas hasta el Mediterráneo, como si traspasarlas fuera también teletransportarse del asfalto y el barullo a la calma de una casa vacacional inspirada por esta cultura tan nuestra que Mango expande por el mundo. «El concepto de tienda está inspirado en la calidez y la naturalidad de la gente mediterránea, en el arte y el espíritu alegre, que son la base del ADN de Mango. El espacio tiene como objetivo no solo exhibir nuestras colecciones, sino también convertirse en un centro que acerque la experiencia y la cultura mediterránea a los clientes, haciéndoles partícipes de este estilo de vida tan característico que tenemos»», apunta Salvans.

Los escaparates se coronan con amplias tiras de esparto trenzado en Alicante creando ondas, imitando las olas del mar, y entre sus elementos decorativos destacan las vasijas de barro y el mobiliario con elementos naturales, fundiéndose con las propuestas estilísticas de Mango. «Queremos crear experiencias extraordinarias a nuestros clientes», dice Cesar de Vicente, Director de Retail, conteniendo la emoción de este hito empresarial.

A lo largo de 2.100 m2 y tres plantas (dos de Woman, una de Man –con sección de confección a medida– y Kids) el amor por el mar que ha visto crecer a la compañía se deja ver. Además, este espacio ha sido concebido mediante un plan de sostenibilidad importante, y pueden decir orgullosos que el 70% de los materiales usados son reutilizados, manteniendo elementos como la fachada original o el parqué de la tienda anterior, que han restaurado. Y, por supuesto, el nuevo buque insignia habla del futuro: la nueva tienda de Mango en la Quinta Avenida es una apuesta por la innovación y se ha concebido como un museo: para su inauguración, se han expuesto en sus paredes cinco obras originales de Joan Miró, Miquel Barceló y Antoni Tàpiès, siendo también exhibidas al mismo tiempo en el Metaverso como obras digitales únicas cocreadas por la compañía en formato NFT.




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