"Es abrumador". Tras unos segundos de emotivo abrazo entre Stella del Carmen Banderas Griffith y su padre, Antonio Banderas, que no se esperaba que fuese su hija en entregarle nuestro galardón, el actor expresó en un discurso "improvisado" lo que todos los asistentes podían ver en su mirada. El Teatro Real estaba repleto de personalidades "que han venido por ti", como le había señalado a nuestro Personaje del Año el director de Vanity Fair, Alberto Moreno."Yo me reconozco como ser humano, por eso el premio me abruma, sobre todo cuando he conocido a tantos héroes invisibles que no tienen la exposición que yo tengo. Da mucho miedo la perfección. Todos viajamos por la vida con una maleta llena de grandezas y miseras, sin excepción". Fue el inicio de un discurso en el que Banderas abrió su alma ante invitados excepcionales, como el ministro de Cultura en funciones, José Guirao, y el presidente del Consejo de Directores de Condé Nast, Jonathan Newhouse.
Natalia Gamero del Castillo, presidenta y CEO de Condé Nast Spain, fue la primera en agradecer su presencia y la del resto de invitados. En una ocasión especial en la que celebrábamos tanto "el año más especial de mi vida", como señaló Banderas, y su presencia icónica en nuestras portadas: cuatro. Banderas recoge como nadie la esencia de nuestra revista, "una publicación tan difícil de definir como Antonio", destacó Gamero del Castillo, que todo "lo hace con inteligencia, ingenio y sentido del humor". Antes, eso sí, nuestra presidenta dejó claros los valores que nos guían en Condé Nast Spain ante el aplauso de la audiencia: "Me gustaría recordar que hoy es el Día Internacional contra la Violencia de Género. Es nuestra responsabilidad y nuestra obligación como sociedad dar respuesta a un problema que genera tanto sufrimiento".
Alberto Moreno recordó la primera vez que entrevistó a Banderas, "una persona de calidad excepcional", cuyos valores inamovibles le han hecho merecedor del premio. Valores que en su momento el actor confesó a nuestro director de forma más sencilla: "hay que creer en uno mismo, hay que tener los arrestos para creer, independientemente del resultado". Unos principios que llevaron al actor de su Málaga natal "a una pensión de mala muerte en Madrid", y de ahí a Hollywood. Unos calidad como persona que, como recordó Moreno, lleva a "que cada persona del mundo del cine que he entrevistado en todos estos años y ha dado el salto, todos sin excepción mencionan el nombre de Antonio como guía".
Nuestro premiado destacó "las dos cosas por las que creo que estoy aquí hoy". Las dos cosas que han cambiado su vida. Una, evidentemente, era el personaje que intepreta en Dolor y Gloria, el reencuentro con Pedro Almodóvar: "es una mezcla muy extraña de sentimientos interpretar a quien te dirige". A alguien a quien unen "cuarenta años, y ocho películas. A alguien con quien he conocido otro Madrid, y que ha contribuido tanto a nuestra cultura".
La otra, "y puede sonar a chufla", fue "el ataque al corazón que tuve, que me ha hecho reflexionar sobre las cosas realmente importantes de la vida". Entre ellas, concluyó, está la de los grandes valores a los que hacíamos referencia antes: de creer en uno mismo a "ser una persona que tiene la capacidad de sacar lo mejor de aquellos que les rodea". Un recorrido vital fascinante, que explica por qué Antonio Banderas no es sólo nuestro Personaje del Año, sino el hombre que más veces hemos tenido la fortuna de llevar en nuestra portada.
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