- Kiko Matamoros tuvo que abandonar este jueves ‘Sálvame’ por unos dolores incontrolables
- No es la primera vez que debe ausentarse del trabajo por algún problema de salud: una subida de tensión le costó un susto el pasado verano
Kiko Matamoros ha dado un buen susto este pasado jueves en ‘Sálvame‘, tanto a algunos de sus compañeros como a los televidentes, cuando, a última hora de la tarde, tuvo que irse antes a su casa en un corte publicitario. Fue Kiko Hernández, presentador de la tarde, quien tuvo que dar la noticia para que nadie se preocupara, aunque quedó claro que fue por un problema de salud: el colaborador sufre un pinzamiento, y el dolor incontrolable hizo que tuviera que marcharse a casa antes de terminar la jornada.
Hernández quiso tranquilizar así a los espectadores cuando todos los colaboradores iban a formar parte de un desfile al más puro estilo ‘Pasión de Gavilanes’ que la cadena había preparado como parte de la ‘promo’ de la vuelta de la serie, pero a la hora de la verdad, a última hora de la tarde, faltaba Kiko, que había estado aguantando estoicamente el dolor sabiendo el problema que padecía hasta que ya no pudo más, un gesto que su compañero quiso aplaudir al anunciar el motivo que había obligado a hacer ‘mutis por el foro’.
La tarde de Kiko no fue fácil tampoco, y es que esa tarde le tocó hablar de su ‘pequeña del alma’, Anita Matamoros. La joven acaba de mudarse a un piso familiar que poseen en Majadahonda: «Esa casa ahora mismo no sé en cuánto estará. El caso es que esa casa está embargada por Hacienda, pero como hay un contencioso judicial que lo ha recurrido mi ex, pues hasta que no haya una sentencia firme no saldrá a subasta pública. Esa casa se estaba alquilando y con eso se pagaba la hipoteca, de la que deben de quedar menos de 100.000 euros por pagar», ha contado Kiko, que no ha querido entrar demasiado en el tema judicial, pero sí ha dejado claro que, aunque no le importa para nada que Anita se mude allí, también le gustaría que el resto de sus hijos pudieran disfrutar de esa propiedad.
A pesar de sus problemas judiciales con su ex, Makoke, y estos achaques -nada fuera de los normal a sus 65 años-, Kiko Matamoros vive un momento muy dulce en lo personal: su relación con sus hijos va viento en popa (no tanto así con Anita, pero confía en arreglarlo), su noviazgo con Marta López Álamo se consolida día a día, y además tiene dos nietos que le alegran la existencia. ¿Se puede pedir más?
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