El nuevo bótox: más calidad, más duración y menor precio

Desde que el bótox hizo su aparición en la industria de la medicina estética, las tendencias han cambiado mucho. Con esta sustancia aparecía la posibilidad de frenar los signos del envejecimiento y modificar la apariencia del rostro de una forma menos invasiva que con una cirugía, por lo que muchos pacientes optaron por esta técnica y su popularidad creció como la espuma. De este éxito sigue gozando hasta el día de hoy gracias a las constantes mejoras tanto en la técnica como en la sustancia que se infiltra.

Pero no es todo maravilloso, la aclamada toxina botulínica -este es su nombre completo- tiene sus limitaciones y son tres las principales barreras que se tendrán que tratar de vencer en el futuro. Por un lado, es una sustancia poco duradera y para mantener los resultados en el tiempo se debe repetir la aplicación periódicamente. Además, se corre el riesgo de que la sustancia se filtre hacia zonas no deseadas, dando lugar a un resultado poco satisfactorio, esto se produce por una técnica incorrecta de inyección, o por la dilución excesiva del producto por parte de los médicos: «Yo siempre digo a mis alumnos que no por echar más hielo al vaso, vamos a tener más whisky«, afirma el doctor Moisés Amselem, de Amselem Médicos Estéticos. A estos dos principales problemas se le añaden otros como la dificultad para mantener la cadena de frío y el elevado precio del tratamiento.

Sin embargo existe una gran esperanza de lograr una solución para estos obstáculos a corto plazo. Y es que el doctor explica que es inminente la llegada de tres nuevas sustancias derivadas del bótox tipo A para un uso medicoestético. Estas novedades llegan con ambiciosos objetivos, pues no solo pretenden aportar mejoras en cuanto al a formulación, que revertirán en una aplicación más certera, sino que también es probable que se amplíe su campo de acción: esto es, en concreto, tratamientos para las cicatrices, la rosácea o el acné.

Los tres nuevos tipos de bótox

Ante estas novedades, el doctor explica qué aspectos resultan más interesantes en su opinión: «Lo que yo desearía obtener de las nuevas toxinas es que mejoraran, sobre todo, la duración, es decir, una duración de efectos de al menos 6 meses, para que justificara la inversión que realiza el paciente. Luego, el grado de bloqueo del músculo, dependerá de la cantidad inyectada por punto y del número de puntos de inyección».




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