• Así es Marta Riesco, la nueva pareja de Antonio David Flores
• Anabel Pantoja regresaba a ‘Sálvame’

Anabel Pantoja regresaba a ‘Sálvame’ tras estar cinco meses alejada de las pantallas de televisión y lo hacía con toda la fuerza del mundo. La joven se estaba ganando la vida de influencer, que le va fenomenal pero ya era hora de retomar su puesto de colaboradora que tan bien defiende. «He tardado tanto porque no me encontraba bien de aquí. Necesitaba irme. Eran motivos para no plantearme regresar aquí. He aprendido a levantarme y a no pensar aquí. Ahora me levanto por la mañana y pienso: ¿Qué quiero hacer? Que quede claro que no me he ido por nadie. A parte de por la boda y demás, no estaba bien. Yo salía de aquí destrozada. Ganaba un buen dinero, pero luego no lo disfrutaba. He seguido adelante con mis cosas», comenzaba explicando Anabel a Jorge Javier.

La sevillana ha llegado a ‘Sálvame’ en un momento clave para el mundo del corazón. Antonio David y Marta Riesco ya han confirmado que son pareja y el jaleo que está montando esta nueva relación salpica hasta a personas que no tienen nada que ver.

Anabel recordaba en su debut del programa, a raíz de estar en boca de todos el nombre de Marta Riesco, un apasionado encuentro sexual que tuvo lugar en Cantora el 31 de diciembre de 2019. Aquella Nochevieja, dos mujeres protagonizaron un encuentro muy subido de tono en el interior de la finca de Isabel Pantoja y Anabel fue testigo de ello. La influencer, que aunque nunca ha querido aclarar quienes eran las personas, todo apunta a que una de ellas se trataba de Marta Riesco. A la colaboradora le ha debido sentar bastante mal y se ponía en contacto con la sevillana.

«Dentro de mi casa, porque la considero mi casa, tengo derecho a contarlo. Si yo presencio algo en mi casa lo cuento… Yo cuento lo que sucede. Y como ha dicho mi compañera Belén Esteban que hay cosas que quieren que se sepa y otras que no quiere que se sepan. Las ferias al final no sirven para nada… Mejórate, bébete tres vasos de agua y tres magdalenas. Amenazas a mí, no. No voy a consentir ninguna amenaza de tu parte», sentenciaba Anabel.

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