‘Elif’: el avance de los capítulos de la semana

  • Qué ha pasado en ‘Elif’: Kerem alquiló una casa para Asli, Melek y Elif
  • El avance de la semana en ‘Elif’

    Después de recibir las fotos comprometidas en las que sale con Levent, Hümerya toma la decisión de separarse del guardaespaldas y marcar distancia entre los dos. No puede consentir que su imagen pública se ve destruida por una persona malintencionada: “Voy a lograr apartar a Levent de mi mente. No sentiré nada por él”. No obstante, la realidad es muy diferente y es que la millonaria no puede cumplir su propósito y usa cualquier pretexto para estar cerca de su amigo.

    Por otro lado, Melek se ve obligada a visitar junto con Elif el barrio en el que vivían antes. Las dos los hacen con el temor de encontrarse con Sedat, su malvado casero, por la calle. Hacen bien en temer al hombre, pues resulta que es uno de los secuaces de Rana. La mujer le ha contratado para espiar a Melek, ya que cree que la mujer podría llevarla directa al secreto que esconde su examante. “Si me entero de lo que me han estado ocultando, puedo destruir a Tarik en cualquier momento”, piensa. Por supuesto, Sedat acepta el encargo sin problema, no hay nada que le haga más feliz que poder vengarse de Elif y su querida madre.

    Cerca de allí, el amor de Jülide y Safak no ha podido superar los obstáculos y el maestro decide marcharse lejos de la ciudad. Leman está destrozada por la partida de su hijo y piensa en hacer algo para evitar que se vaya. Para ello, tendrá un pequeño aliado, Emirhan. Leman se ha dado cuenta de que quiere al niño como si fuera su propio nieto y tampoco quiere perderle a él. Aunque es algo que nunca le dirá a su excompañera de maldades, Alev.

    Leman y Emirhan, aliados sorpresa

    Leman y Ermirhan se ponen manos a la obra, pero nada de lo que hacen da resultado. El niño culpa a su madre de la próxima partida de Safak. “Si no hubieras hecho que rompiera su relación contigo, se quedaría”, le dice a Jülide, quien no puede hacer otra cosa que resignarse aescuchar las hirientes palabras de su hijo y a acceder a los caprichos de Tufan.

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