Mucho se ha hablado en los últimos meses de la relación que el príncipe Harry y Meghan Markle mantienen con la familia real británica desde su polémica entrevista con Oprah Winfrey. Sin embargo, la verdadera pregunta era si la estrecha relación que ha habido siempre entre la reina Isabel II y su nieto se había deteriorado.
Tras el fallecimiento del duque de Edimburgo, el periódico Daily Mail aseguró que la reina Isabel II había rechazado reunirse con el príncipe Harry tras el funeral pues consideraba no ser el mejor momento para hablar de todo lo ocurrido desde que su nieto abandonara su rol de miembro senior de la Casa Real.
Sin embargo, la llegada de Lilibet, la segunda hija de los duques de Sussex, parece haber suavizado las fricciones familiares. ¿El motivo? Según asegura el Daily Mail, Meghan Markle y el príncipe Harry habrían pedido una audiencia con la reina Isabel II para presentarle a su bisnieta. ¿La contestación de la monarca?
Como bien dice el refrán, «las cosas de palacio van despacio» y por eso el gabinete de la reina Isabel II todavía estaría organizando la agenda de la monarca para los próximos meses. ¿Aceptará la reina de Inglaterra que los duques de Sussex la visiten con el único propósito de presentarle a Lilibet?
Mientras tanto la prensa británica se pregunta si esta no será solo una excusa de los duques de Sussex para poder hablar de los títulos que sus hijos tendrán en un futuro (si es que los tienen) y si podrán contar con ciertos privilegios, sobre todo de seguridad, tema que preocupa a Meghan Markle y el príncipe Harry.
Expertos en Casa Real afirman que si esta visita se produjese, seguramente no tendría carácter oficial y se trataría como un asunto privado del que no se compartiría ninguna imagen.
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