Pese a que la voz de Aretha Franklin nos resulte familiar a millones de personas, sus orígenes son bastante menos conocidos, y ese hecho obedece a los propósitos de la Reina del Soul. Cuando la cantante y compositora encargó sus memorias From These Roots en 1999, decidió pasar por alto en buena medida muchos de los sucesos más traumáticos en su vida, entre ellos la muerte de su madre cuando la cantante apenas tenía 10 años, su primer embarazo a los 12 años de edad, su primer matrimonio y su supuesta batalla contra el alcoholismo.
El libro quedó tan suavizado que su escritor fantasma, David Ritz, acabó admitiendo su decepción, afirmando que contenía “lagunas y descuidos enormes”. Unos 15 años después, Ritz convenció a Franklin para que le dejase escribir una biografía más honesta, Respect (2014), publicada en castellano bajo el título Aretha Franklin. Apología y martirologio de la Reina del Soul. Lo hizo apoyándose además en entrevistas a algunos de los miembros de la familia de Franklin y coetáneos como Ray Charles, Billy Preston y Luther Vandross. “El Sr. Ritz consiguió persuadir a la Sra. Franklin diciéndole que si no le permitía escribir su historia sin tantas restricciones, entonces lo acabaría haciendo alguien con peores intenciones”, explicó un artículo de The New York Times. A pesar de ello, después de que Respect se publicase Aretha dijo que el libro estaba “lleno de mentiras”.
Los traumas de Franklin durante sus años de desarrollo antes de alcanzar la adultez aparecen descritos (o más bien se les hace referencia de manera apropiada para los mayores de 13 años) en Respect, el biopic dirigido por la cineasta Liesl Tommy con guion a cargo de Tracey Scott Wilson y protagonizado por Jennifer Hudson que se estrenará en España el próximo 24 de septiembre. “Su infancia fue tan desgarradora que conocerla te ayuda a entender cómo era capaz de cantar con tamaña intensidad emocional y cómo fue capaz de aportar tanto dolor y poderío a las interpretaciones de las canciones que quiso cantar”, dijo Tommy en una entrevista concedida a Vanity Fair. O, como dice Ritz en su biografía de 2014, “las partes más traumáticas de la vida de Aretha fueron responsables de su música más conmovedora”.
Estas fueron las tragedias en la vida de Aretha que inspiraron su música, comentadas por Tommy y Wilson.
La separación de sus padres
Jamás lo sabrías a tenor del relato de Franklin en torno a su propia infancia, pero los padres de la cantante y compositora tuvieron un matrimonio complicado. El padre de Aretha, el reverendo C.L. Franklin, fue un predicador bautista y activista por los derechos civiles famoso en todo el país cuyo compromiso religioso no le impidió dejar embarazada a una adolescente perteneciente a su propia parroquia, según su autobiografía Singing in a Strange Land. Por otra parte, Barbara, la madre de Aretha, se quedó embarazada de otro hombre antes de su matrimonio, lo que dio como fruto al hermanastro de Aretha, Vaughn. En 1948, cuando Aretha tenía seis años, Barbara se mudó a Buffalo, Nueva York, llevándose a Vaughn consigo y dejando atrás a C.L. y a todos los hijos que tuvo con él.
“Todos nos quedamos destrozados”, le contó Erma, la hermana de Aretha, a Ritz. “La relación de mis padres era tormentosa y mi padre tenía un temperamento violento… te estaría mintiendo si no admitiese que desde luego conocíamos la fama de mujeriego de mi padre. Las mujeres se lanzaban literalmente a sus brazos. A medida que me fui haciendo mayor pude ver por mí misma cómo utilizó a muchas de esas mujeres”.
En 2018 Aretha confesó lo siguiente a Terry Gross, de la cadena de radio NPR: “Nunca lo hablé con él y él jamás habló sobre ese tipo de cosas con sus hijos. Pero de niños sin duda pudimos ver cómo las mujeres se pegaban a él en plan agresivo. Él estaba soltero por aquel entonces y a veces se hacía notar entre las mujeres sentadas en la primera fila un poco erguidas, con las faldas un poquito cortas y subidas, ya sabes, lo típico cuando las mujeres muestran interés”.
Pese a que la familia siguió pudiendo visitar a Barbara, su mudanza le “rompió el corazoncito” a Aretha, según Cecil, el hermano de Aretha, comenta en el libro Respect. “Creo que la marcha de Madre afectó a Aretha más que a ningún otro”, opinó su hermana Carolyn. “Aretha fue una niña tremendamente tímida y retraída que se sentía especialmente cercana a su madre… Aretha y yo compartimos dormitorio y cuando Madre se marchó vi cómo se pasó días enteros llorando a mares… días antes de aquellos viajes que hacíamos para visitar a Madre, Aretha ya tenía preparada su pequeña maleta y estaba lista para salir”.
La muerte de su madre
Su madre falleció de manera repentina a causa de un ataque al corazón cuando Aretha tenía apenas 10 años. En From These Roots, Aretha lo expresó así: “No puedo describir mi dolor, y tampoco voy a intentarlo”. La reina del soul añadió que recordaba cómo se pasó “mucho tiempo sentada, llorando” después de volver del entierro de su madre.
Fueron otros, como su representante Ruth Bowen, quienes aportaron más información a Ritz:
“Era una niña traumatizada. Una cosa es que tu madre se mude de tu casa por motivos que no alcanzas a comprender. Pero otra muy distinta es que tu mamá muera por un ataque al corazón siendo una mujer joven… y sucedió así, de la nada, sin previo aviso y sin poder prepararse. [Su padre] me contó que después de aquello tuvo miedo de que Aretha no llegara a recuperarse nunca, se pasó semanas enteras sin poder decir palabra. Se metió en un caparazón y no salió de él hasta muchos años después… de no ser por la música, no estoy segura de que Aretha hubiese podido llegar a salir de él”.
Los embarazos precoces de Aretha
Aretha dio a luz a su primer hijo, al que llamó Clarence, dos meses antes de su decimotercer cumpleaños. Aretha nunca reveló públicamente la identidad del padre de Clarence, pero Cecil, el hermano y mánager de Aretha, le contó a Ritz que su padre era “nada más que un chaval que conocía de la escuela… no estaba muy interesada en él y no creo que él tampoco estuviera muy interesado en ella”. Aretha dijo en From These Roots que el embarazo transcurrió sin problemas, y según Cecil el padre de Aretha no parecía estar particularmente furioso. “Él sabía que esas cosas pasan”, confió Cecil a Ritz, justo antes de explicarle que el padre de Aretha reunió a todos sus hijos tras el anuncio de su embarazo para advertirlos acerca de las consecuencias del sexo.
Después de que Aretha tuviese al bebé, C.L. le permitió a su hija que dejara la escuela. Pero, en lugar de dejar que Aretha se quedase en casa para hacerse cargo de su hijo (esa responsabilidad recayó en la abuela paterna de Aretha), C.L. fichó a su hija para que viajara con él y con su grupo de gospel.
En palabras de Nick Salvatore, el biógrafo de C.L., en la biografía Singing in a Strange Land, “La decisión de C.L. de incluir a su hija, una niña-mujer vulnerable, en su gira, hizo que tuviese que crecer muy rápidamente. En ese contexto adulto intensamente emocional y con mucha carga sexual, Aretha fue al mismo una niña deslumbrada, una madre aún descubriendo el significado de sus sentimientos y una chica atractiva con una confianza en sí misma profundamente inconsistente, propia de una joven adolescente… su mera presencia inevitablemente supuso exponerla a experiencias muy por encima de su edad”. Según Ritz, Aretha le contó que cuando aún tenía 12 años acompañó a Sam Cooke, que entonces tenía 23, a la habitación de su motel.
Cuando Aretha tenía 14 años volvió a quedarse embarazada, llegando a tener un segundo hijo al que llamó Eddie. Al igual que Clarence, Eddie también recibió el apellido de Aretha y fue criado principalmente por su abuela. En sus memorias, Aretha dijo que su padre, el predicador, tampoco se opuso a este embarazo, algo que Cecil refutó a Ritz. “Basta con decir que no le hizo en absoluto feliz y que supo dejarlo bastante claro”.
En Respect se hacen vagas alusiones a sus embarazos; en una de las primeras escenas Aretha es aún una niña de unos 10 años cuando un amigo de la familia entra en su habitación de noche cerrando la puerta tras él. En una escena posterior, aparece una Aretha adulta que ya tiene dos hijos. Tommy y Wilson declararon a Vanity Fair que “siguieron las instrucciones de Aretha” con respecto a la ambigüedad que rodea a la paternidad de su primer hijo.
“Lo importante no es tanto quién la dejó embarazada específicamente, sino lo que provocó desde el punto de vista traumático, y dado el hecho de que los niños no pueden dar su consentimiento”, dijo Wilson. A lo que Tommy añadió que “todas las víctimas de abuso deberían poder narrar sus propias historias de abuso a su debido tiempo y bajo sus propios términos”.
Su primer matrimonio
Según Ritz, Aretha conoció a Ted White en una fiesta en la casa de su familia en 1954, cuando ella tenía apenas 12 años. En los últimos años de la adolescencia de la cantante y madre soltera, se casó con White y lo nombró su mánager pese a la oposición de su padre. Etta James se lo explicó así a Ritz: “Ted era al parecer el chulo más escurridizo de Detroit. Cuando supe que Aretha se había casado con él, aquello no me sorprendió. Muchas de las grandes cantantes a las que idolatramos de niñas tenían por novios y mánagers a proxenetas… parte del encanto de los chulos era que conseguían que nos pagaran. Nos protegían. Pero también nos pegaban”.
En un artículo de portada en 1968, la revista Time retrató a Aretha como una intérprete desbordante capaz de dominar cualquier escenario, pero que se escondía cuando estaba entre bastidores. “Me han hecho daño, mucho daño” citaba crípticamente la revista. El reportaje seguía así:
“El año pasado el marido de Aretha, Ted White, le dio una paliza en público en el Regency Hyatt House Hotel de Atlanta. Aquel no fue el primer incidente de ese tipo. White, de 37 años, anteriormente aficionado a las propiedades inmobiliarias en Detroit y embaucador de poca monta, ha prosperado mucho desde que se casó con Aretha y se hizo con el control de su carrera. Mahalia Jackson suspira: ‘No creo que ella sea feliz. Alguien se las está haciendo pasar canutas’. Pero Aretha no responde nada, y los demás solo podemos especular con respecto al significado detrás de letras como la siguiente:
‘No sé por qué sigues haciéndome estas cosas / Mis amigos no dejan de decirme que no eres trigo limpio / Pero oh, ellos no saben que te dejaría si pudiera… / Jamás he amado a un hombre como te amo a ti’.
Cecil, el hermano de Franklin, le contó a Ritz que White “era un tipo violento cuya violencia solo fue a peor. Tenía la sensación de que Aretha cantaba ‘Respect’ refiriéndose a Ted, pero no puede decirse que aquello cambiase las cosas. Siguió abofeteándola y le daba igual quién le viese hacerlo”.
“Podría compararse la situación de Aretha y Ted con la de Ike y Tina”, le comentó Etta James a Ritz. “Ike convirtió a Tina en una estrella, no cabe duda al respecto. Ayudó a desarrollar su talento. Le mostró lo que significaba ser una artista. La hizo famosa. Cierto es que Ted White no era artista, pero sí que sabía cómo moverse por el mundo”.
A medida que Aretha fue sintiéndose cada vez más miserable en eñ contexto de su matrimonio, al parecer recurrió al alcohol como anestesia para su dolor. Aquello pilló por sorpresa a su representante Ruth Bowen, que le contó lo siguiente a Ritz:
“Tenía la costumbre de ponerse como una cuba antes de actuar. Aquello no la ayudaba a cantar en ningún sentido… Aretha estaba en estado de total negación. No quería ni oír hablar de ello cuando se le decía que tenía un problema con la bebida. No importa cuántas veces se cayera, cuántas multas le pusieran, cuántas actuaciones mediocres realizara debido a su estado de embriaguez. Su talento la protegió. Incluso borracha podía cantar mejor que el 99% de las cantantes. La mayoría de la gente era incapaz de ver que algo no iba bien”.
Aretha nunca reconoció públicamente sus supuestos problemas de alcoholismo. Ha habido figuras que se han ganado la simpatía de sus fans al reconocer los obstáculos que afrontaron en su vida personal, pero ese no era el estilo de Aretha.
“Tuvo una infancia dura”, explicó Ritz a la revista People en 2018, poco después de la muerte del icono. “Y desde el comienzo de su carrera recibió el azote de la prensa sensacionalista… se publicaron noticias sobre el hecho de que fuese víctima de violencia machista y eso a ella no le gustaba. No le gustaba que se quedasen con la imagen de que era una mujer maltratada. Le encantaba el blues, pero no quería que la viesen como una figura trágica del blues".
Artículo original publicado por Vanity Fair USA y traducido por Darío Gael Blanco. Acceda al original aquí.
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