Como es habitual con la llegada del mes de agosto, la reina Isabel II se ha desplazado a la finca de Balmoral para disfrutar de sus vacaciones de verano. Este año, por primera vez, sin la compañía del duque de Edimburgo, fallecido el pasado mes de abril.

Este es, sin duda alguna, uno de los lugares más especiales para la soberana británica, lleva veraneando en allí desde que apenas era una niña, en compañía de sus padres y su hermana, la princesa Margarita. Y no ha dudado en mantener la tradición con el paso de los años, esta vez con sus hijos y nietos.

A pesar de que cada temporada pueden variar algunos planes, la Reina de Inglaterra mantiene rutinas muy marcadas en estas semanas de desconexión. La visita el primer fin de semana de septiembre al Braemar Gathering, un gran espectáculo deportivo que se ha convertido en una cita marcada en rojo en la agenda de la monarca, es uno de ellos. Sin embargo la pandemia, como ha sucedido con multitud de eventos de gran envergadura establecidos para este verano, ha sido suspendido. Algo que ya sucedió el pasado 2020.

Durante sus últimas visitas, la Reina ha sido fotografiada en múltiples ocasiones y en todas ellas la sonrisa era la protagonista de su rostro. No hay duda de que echará mucho de menos no poder disfrutar de esta prueba.

Habrá que esperar si Isabel II pone en marcha nuevas actividades para esos días o si por el contrario decide simplemente pasar tiempo en Balmoral. Habitualmente, el resto de la Familia Real británica, desde el príncipe Carlos a los duques de Cambridge, acude pasadas unas semanas a disfrutar de un breve periodo de tiempo junto a la monarca, algo que este año, debido a la pandemia, no sabemos si se efectuará, al menos de la misma manera.

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