Entre ellos hay una diferencia de 24 años, pero Brooklyn Beckham y su padre se parecen más que la mayoría de los padres e hijos. El exfutbolista sigue siendo joven (tiene 44 años) y su innegable estilo fascina a todos; también a su hijo, que se fija en él a la hora de vestirse. David ha confirmado, en un evento de Adidas en Oxford Street, que su hijo hace eso que haríamos todos si tuviésemos en casa un vestidor como el que debe de tener él.
Por suerte para el mayor de sus hijos, su padre se siente halagado. “Lo veo como algo bueno. Debo de estar haciendo algo muy bien cuando un veinteañero quiere cogerme la ropa prestada”. Pero él no es el único; sus hijos Romeo y Cruz, de 17 y 14 años respectivamente, también realizan frecuentes visitas a su habitación. “No son tan cuidadosos como yo. Así que cuando voy al vestidor, digo, vale, él [Brooklyn] me ha cogido esos vaqueros, ese jersey”, reconoció Beckham.
Y eso no es lo único que sus hijos le “hacen” a su ropa. “El otro día, me llamó por FaceTime desde un restaurante. Y yo le dije que había visto ese traje en algún otro lugar antes. Y me quedé como: ‘Tío, acabo de comprarme ese traje. Ni siquiera lo he estrenado‘”. Pero su gusto por los trajes, los jerséis y las botas no es lo único que une a David y Brooklyn: su hijo mayor también se ha tatuado (casi) tanto como su padre e incluso se ha grabado con tinta el año de nacimiento de su padre: 1975.
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