El doctor Sánchez Martos, ex consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, se jubila en septiembre, después de haber saboreado las mieles del reconocimiento profesional en los ámbitos universitarios y científicos, por toda una vida dedicado a la Medicina y la Investigación. Lo que no podía imaginar es que se convertiría en un personaje tan popular desde que pisó por vez primera el plató de ‘Sálvame’, de donde le llamaron para que diera respuesta a las preguntas que se hacían los espectadores sobre la Covid-19, en momentos de angustia e incertidumbre. Una sección que se ha convertido en una de las más vistas debido a su empatía para conectar con el público.
¿De quién hereda la vocación por la Medicina?
De mi familia, no, porque no hay nadie que se dedique a esto, pero yo siempre quise ser médico, para ello tuve que trabajar de noche en un banco donde mi padre era botones, lo que me permitía ir a la Universidad por la mañana a estudiar Medicina, así estuve hasta conseguir una plaza en el Hospital del Niño Jesús de Madrid.
Aprovechó bien el tiempo, doctor.
Esa experiencia en el Hospital del Niño Jesús fue tan gratificante que volvería a repetirla sin ninguna duda, porque me ayudó muchísimo a crecer en el plano humano y profesional.
¿Qué le atraía de la Medicina?
No lo sé, a mí desde los 12 o 13 años me gustaba ayudar a los demás, a mis amigos, a mis vecinos; después, mi prioridad siempre ha sido salvar vidas.
¿Les preparan para aceptar la muerte de un paciente?
Ni de coña, la verdad es que salvamos muy poquitas vidas, por eso es tan importante saber aliviar y consolar tanto a los familiares como a los propios enfermos. Nadie se acostumbra a ver morir a una persona. Y menos que nadie, el médico vocacional.
¿Siendo así, cómo logra desconectar?
No desconectas, a tu casa te llevas todos los problemas, todo lo que has vivido junto al paciente. Recuerdo un titular en el que yo decía: Los médicos también lloramos. No mentía.
¿Ha llorado durante la pandemia?
Mucho. He llorado por la familia, por mi suegra que falleció en casa porque así nos lo había pedido, ya que no quería ir al hospital. Yo estuve con ella hasta el último momento, durmiendo en su misma habitación. Evidentemente, me contagié del virus, pero tuve la suerte de que fui asintomático, y lloré, claro que lloré por ella, y porque todavía sigo sin entender por qué los familiares de los enfermos de Covid no podían acercarse a los hospitales a despedirse de los suyos.
«Yo lloraba escuchando los aplausos»
Por miedo al contagio.
El virus no se contagia por el contacto de la piel. Yo he tenido pacientes a los que he dado la mano y después me las he lavado con el gel hidroalcohólico. Ha habido falta de previsión, por eso se acabaron las mascarillas, lo que no entiendo es por qué se acabó el papel higiénico, o por qué las mascarillas no las da gratis la Seguridad Social.
Nadie estaba preparado para una pandemia mundial.
Yo le dije al ministro Illa que las mascarillas debían darlas en las farmacias, y para eso sólo tenían que convertirlo en un producto sanitario. Se han hecho cosas mal, por falta de previsión unas y otras bien, sobre todo por parte del personal sanitario. Yo lloraba escuchando los aplausos.
El coste económico del Covid va a ser astronómico.
Sí, pero hay varios tipos de costes: el económico y el emocional, porque hoy sabemos que el 16 o el 18% de las personas que han tenido el virus tardan muchísimo tiempo en superar las secuelas que deja. Un grupo de especialistas enviamos a la Consejería de la Comunidad de Madrid y al Ministerio un estudio aconsejando que se instalasen Unidades Funcionales de Covid, no lo han hecho.
¿Le ha sorprendido la rapidez en sacar vacunas?
Sí, y este es un ejemplo muy bonito que habrá que estudiar, porque es un hito en la historia. Es la primera vez que se unen todos los poderes para sacarlas. Aunque la que todos queremos es la vacuna que evite el contagio, y esa se llama esterilizante y posiblemente sea la vacuna española.
Lo dice muy convencido.
Lo estoy, porque es la vacuna que todos queremos, que ni contagias ni te contagian. Y que la tendremos en el primer o segundo trimestre del 2022. Con las actuales, te puedes contagiar aunque con poca intensidad.
Para este verano, ¿mascarillas sí o mascarillas no?
Mascarilla en la calle hay que llevarla cuando estás cerca de otras personas, y lo vuelvo a repetir, el virus no está en el aire, cerrar los parques fue una locura.
De no confinar a la gente, ¿cuál hubiera sido el resultado?
Que hubiera habido muchísimas más muertes, pero entre prohibir tajantemente y permitir tajantemente, hay un término medio. Hay gente que vive en un piso de 40 metros, interior, pero que tiene frente a su casa un parque, a esas personas hay que permitirles salir a pasear.
¿Qué les pediría a los políticos?
Nunca entenderé que no se hayan puesto de acuerdo por un Pacto de Estado por la Covid, ni siquiera en el Consejo Interterritorial. Cuando estuve de Consejero de la Comunidad de Madrid pedí un Pacto de Estado por la Salud, no lo conseguí, es por lo que me fui de Consejero, que a día de hoy creo que fue un error.
¿Se ha arrepentido?
Cuando me nombró Cristina Cifuentes lo hizo porque yo iba de independiente, y por tanto por mucho que me llamaran de Génova o de cualquier otra institución, yo hacía lo que tenía que hacer.
«He llorado de rabia e impotencia»
¿Ha pagado por ello?
Sí, claro. He llorado de rabia e impotencia porque cuando llegué a la Consejería lo primero que pedí fue que se dieran a conocer los sueldos de los gerentes y se me echaron todos encima. Pero es que los sueldos de los cargos públicos deben ser transparentes. Y claro, claro que pagué un alto precio por eso y ahora por estar en un medio de comunicación.
¿Lo dice por colaborar en ‘Sálvame’?
Sí, mis hijos no se van a llevar mucha herencia mía, se van a llevar el que ha sido siempre un lema en mi vida: libertad e independencia. Podemos hablar de honestidad, de ética, de lo que quieras, pero siempre dentro de la libertad e independencia, me da igual donde esté.
¿A quién molesta que colabore en Telecinco?
Cuando yo empecé en pleno confinamiento, en ‘Sálvame’ no había divulgadores que dieran respuesta a las preguntas que se hacía la gente. A mí me dieron la oportunidad de hacerlo y llegaron a tener una audiencia de tres millones y medio de espectadores.
¿Se ha sentido cómodo con el formato?
Muy cómodo. También tengo que decir que he perdido colaboraciones por estar en ‘Sálvame’. Una persona me llegó a decir que de esta aventura televisiva podía salir muy reforzado o hundido.
Ha salido muy airoso.
Yo ya he conseguido todo lo que perseguía en mi vida. Si alguien no me habla o critica por estar en Telecinco es su problema. Sólo tengo buenas palabras para los directivos de la cadena, de La Fábrica, para el público y, por supuesto, para Jorge Javier.
¿Cómo médico, ¿está a favor o en contra de la eutanasia?
Hay que explicarlo bien: eutanasia es lo que yo he practicado toda mi vida, sabiendo que la persona que estaba en ese trance lo que quería era morir bien. Con Cifuentes pusimos en marcha la muerte digna. Otra cosa es lo que se hace en otros países, que porque una persona se aburra y se quiera morir, se le den cosas para que se muera.
Son casos extremos.
Puesto que hablamos de la eutanasia también deberíamos hablar del encarnizamiento terapéutico. Todo esto depende del hospital donde estés ingresado y del médico que te atienda. Yo soy creyente, pero tengo que respetar las últimas voluntades de los pacientes.
«La soledad es una enfermedad»
¿La soledad es el mal más extendido de los mayores?
La soledad es una enfermedad. Hay dos tipos: la escogida, que es saludable, y la que han vivido tantas personas mayores, a quienes se les ha impedido salir de sus casas por miedo a contagiarse del virus. El virus no está en la calle, está en las personas.
¿Qué le parece que se atienda por teléfono?
Mal. A los pacientes no se les puede controlar por teléfono, hay que ir a verles, porque lo contrario es dejarles morir.
¿La sociedad saldrá reforzada tras la pandemia?
En marzo de 2020 dije que sí, me equivoqué. Creí que los países, entre ellos España, se iban a reinventar, no ha sido así.
Esto no ha terminado todavía…
Pues tendrían que ponerse las pilas. A mí me gustaría que me explicaran por qué no hacemos en España mascarillas, con la cantidad de industrias textiles que tenemos, o respiradores. Debemos prepararnos por si viene otra pandemia, no sería extraño.
¿De dónde saca tanta energía?
De mis convicciones. Cuando llegué a la Comunidad le propuse a Cifuentes que se operase por la tarde en los hospitales públicos de Madrid. Alguien le dijo que no se podía.
¿Por qué?
Porque muchos trabajaban en la privada. Yo acepté ser Consejero para intentar optimizar los recursos que teníamos.
¿Deja de pensar como médico en algún momento?
No, ni siquiera cuando veo una película, pero me gusta leer, escuchar música. Yo no sería feliz si me tuviera que separar. Llevamos 47 años felizmente casados.
¿Qué les enseña a sus hijos?
Lo que yo practico: libertad e independencia, que significa ser sincero. Yo me siento orgulloso de cómo ha sido mi vida.
¿Ha pensado en retirarse?
Sí, sí, en septiembre me voy.
¿Dónde?
Me jubilo, pero jubilarme no va a significar encerrarme. Tendré mucho más tiempo para ser más creativo, para escribir, si me llaman de algún medio acudiré…
Breves respuestas a grandes preguntas
¿Solidario?
He ayudado a quien lo necesitaba.
¿Solo?
Con el Padre Ángel, y otros médicos.
Su foto favorita
«A esta niña la conocí en Haití, perdió a su familia, hubo que amputarle el pie, y me cogió cariño, nunca la olvidaré», comenta Sánchez Martos.
¿Quién es Jesús Sánchez Martos?
Nació. en Madrid, en 1953.
Estudios. Doctor en Medicina y Cirugía y Diplomado en Enfermería por la Universidad Complutense de Madrid. Catedrático de Educación de la Salud por la Complutense.
Trayectoria. Es autor de diversas publicaciones en revistas científicas nacionales e internacionales relacionadas con la actividad docente. Colaborador y columnista de diversas revistas científicas: ‘Revista Médica’, ‘Actualidad Médica’, entre otras. Desde hace 25 años participa en la divulgación de la salud en diversas medios: RNE, Radio Exterior, Onda Madrid, Telemadrid, Antena 3TV, TVE, entre otros. Ha publicado ‘La eficacia de la entrevista en la selección de personal’; ‘A favor del tiempo’… Ha recibido numerosos premios: Fundación Española del Corazón; Dulcinea, concedido por la Asociación de mujeres afectadas de cáncer de mama de Puertollano; Fundación Pfizer 2008…
Familia. Está casado desde hace 47 años con Conchi, su directora general en todas las áreas. Tienen dos hijos, Javier y Miguel.
Agradecimientos: Restaurante Velázquez 17. Madrid
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