• Rafael Amaya regresa tras unos meses desaparecido y una terapia contra la drogadicción y el acoholismo.
• Amaya volverá a la actuación tal y como ha confirmado Telemundo.

Después de varios escándalos generados por sus adicciones a las drogas, Rafael Amaya asegura que su recuperación va viento en popa y que está más que dispuesto a seguir rehaciendo su vida alejándose de todas las cosas que le hacen daño a su cuerpo, ayudado siempre por su familia. “Ahora es vital tener un equilibrio en mi vida, estar en comunicación con mis padres… estoy recuperando el tiempo perdido”.

“Mi vida en estos momentos está llena de bendiciones tomando el camino correcto”, ha destacado Amaya en una entrevista para Hoy Día en la que ha agradecido a Telemundo “esta segunda oportunidad que me están dando”. “No hay un manual para ser famoso, no supe cómo tomar toda esa atención”, reveló el actor que destacó que “el problema fui yo, tenía problemas de antes. No hay ningún manual para afrontar la vida”.

El actor repasó su trayectoria y recordó los momentos de la infancia en el que, criado en la frontera de México y EE. UU. aprovechó para aprender inglés: “veía a mucha gente de muchos países intentando cruzar la frontera. Es una zona con muchas fábricas y mi familia, de pocos recursos, aprovechaba para vender comida o lo que fuera”. Sin embargo, el deporte, el lanzamiento de jabalina concretamente, le brindó una oportunidad para la universidad al coronarse como campeón estatal. Tras ello, el mundo le llevó a la actuación.

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Así llegó a El Señor de los cielos para el que hizo una investigación de campo teniendo acceso a narcotraficantes mexicanos. “Tengo una personalidad muy obsesiva, y no es que fuera la serie o el personaje, fui yo el que se juntó con las personas inadecuadas en ese momento para que yo cayera en las drogas y el alcohol”.

Ahora, ha hablado abiertamente de su situación por primera vez en televisión, donde señaló que hubo un punto en el que estaba tan mal que ni siquiera se reconocía a sí mismo, pues estaba consciente de que el daño que se había hecho tanto física como emocionalmente era demasiado fuerte. «No me podía ver al espejo, a los ojos, ni por cinco segundos porque en realidad me daba un poquito de vergüenza conmigo mismo, porque tenía muy descuidado a mi niño interno y me reclamaba a cada rato. Ahora ya no me quito la mirada del espejo», dijo Rafa.

En este sentido, destacó que “nos entrenan para dejar el personaje y ya pero sí que me dejé llevar por muchas cosas: el materialismo, el ego, el vanagloriarse, el dejarme ver…”. “Mi vida estaba muy desordenada, mi conciencia de aquella época no era la correcta que tengo ahora, y me perdono porque es lo que pensaba en aquel momento”.

Así destacó que la gran enseñanza que le ha dejado esta experiencia es que “las adicciones no son un juego” y que hay que tomárselo en serio. “Si ven a alguien que está cayendo, hay que pedir ayuda” aunque confesó que “el adicto no va a pedir ayuda, es el entorno el que tiene que pedir ayuda a una institución profesional”. Además ha confesado que “la recuperación es para quien quiere y yo me quiero recuperar” lo que ha hecho que pueda afrontar ya algunas situaciones con alcohol a su alrededor. “Me siento muy fuerte de poder seguir estando sobrio”.

Para finalizar, el actor reveló que, tras dos años de ausencia le gustaría trabajar con amigos que le han apoyado en todo este tiempo aunque “me gusta trabajar con gente que trabaja bien” incluso ha hablado sobre probar en la Stand Up Comedy. Ahora volverá a la pantalla chica con una participación especial en la serie «Malverde: El Santo Patrón«, en donde interpretará a «Teo», un bandolero, hecho que lo tiene muy emocionado, pero sobre todo agradecido por esta nueva oportunidad.

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