El secreto mejor guardado de toda boda es el vestido de la novia, y en la boda de Belén Corsini con Carlos Fitz-James Stuart, duque de Osorno e hijo menor del actual duque de Alba, este secreto también ha sido férreamente custodiado. Del nombre de la firma que está detrás del vestido de Belén Corsini nos enteramos pronto: Navascués. Una elección lógica si tenemos en cuenta que muchas de las mujeres de su familia han recurrido a esta firma en el pasado para ceremonias similares y que es la misma casa que firmó vestidos tan especiales como el que lució la actriz Dafne Fernández en su boda en 2017.
Detrás de estos diseños se encuentra la mano de la diseñadora Cristina Martínez-Pardo Cobián que apuesta siempre por la elegancia y los detalles únicos. Con esta diseñadora de su parte y todo el archivo en la memoria de la elegancia de las novias de la casa de Alba en la recámara, es imposible que Belén Corsini no deslumbre en su boda de este sábado en el palacio de Liria. Por si lo dudas hemos seleccionado los vestidos imprescindibles de las novias que han pasado por el altar familiar de los Alba y hemos encontrado estas maravillas (que seguro que Belén Corsini ha tenido en cuenta).
Los vestidos de la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, por partida doble
Todos sabemos cómo fue la vida de la difunta duquesa de Alba de intensa, una mujer que supo aprovechar al máximo el amor. Cayetana Fitz-James Stuart se casó tres veces, y salvo su primer enlace, todas sus visitas a la capilla fueron un auténtico terremoto social. Pero aquí lo que nos interesa es que, además de luchar por lo que deseaba de corazón, la duquesa y grande de España supo mejor que nadie el estilo de una novia aristocrática.
Para su primer enlace con Luis Martínez de Irujo y Artácoz, hijo del duque de Sotomayor, la que fue calificada como la boda más cara del mundo en 1947 (costó 20 millones de las antiguas pesetas) la duquesa escogió un modelo digno de una boda real. El vestido era una creación de la diseñadora Flora Villareal, acostumbrada al patronaje de los grandes modistos parisinos y capaz de replicar un Dior sin pestañear.
De hecho, la silueta New Look del traje de raso y encaje duquesa de Bruselas diseñado para Cayetana Fitz-James Stuart era la misma que estaba presentando Christian Dior en las pasarelas de medio mundo como gran novedad del diseño de la época. Y sobre todo destaca la tiara de perlas y brillantes de Eugenia de Montijo colocada sobre el velo de tul, la misma que décadas más tarde usaría su hija en su propia boda.
Su boda de 1978 con Jesús Aguirre y Ortiz de Zárate no hubo tiaras ni tules, pero sí mucho estilo. La boda fue todo lo contrario a la anterior, íntima y casi diminuta. Frente a la majestuosidad de la catedral de la Sencilla donde se ofició su primer matrimonio, la ahora viuda duquesa de Alba escogió la pequeña capilla familiar en el madrileño palacio de Liria.
Cayetana de Alba ya había cumplido 50 años y escogió para celebrar su unión con Jesús Aguirre un diseño de André Lang. El diseñador le confeccionó un precioso vestido a medida realizado en gasa y con bordados florales que la duquesa completó con una gargantilla de perlas que nos recuerda al collar choker de perlas que usaba a menudo Lady Di (como por ejemplo el día de su revenge dress).
La (polémica) tiara rusa de las bodas de Matilde Solís y María Hohenlohe-Langenburg
Mañana, en la boda de su hijo con Belén Corsini, Matilde Solís será una elegante madrina vestida de Lorenzo Caprile. Y esa podríamos decir que es la tónica de sus estilismos nupciales. En su propia boda con el actual duque de Alba, Carlos Juan Fitz-James Stuart Martínez de Irujo, Matilde Solís sorprendió a todos con un espectacular vestido de inspiración principesca en el que se invirtieron 70 metros de seda natural traída de la India. La ocasión lo merecía, no en balde se casaba en el altar mayor de la catedral de Sevilla.
Pero sin duda el foco de atención de todas las miradas era la tiara que lucía la novia. De todo el joyero de la casa de Alba la tiara a la que se conoce como “la rusa” era de las más espectaculares. Sus miles de diamantes engastados en platino formando un diseño inspirado en el tocado de las damas de la corte imperial rusa hicieron que la novia luciera aún más radiante.
María Hohenlohe-Langenburg también se decantó por esta hermosa pieza de joyería para coronarse como la novia ideal en su enlace con Alfonso Martínez de Irujo en 1977. La boda marbellí, en la que la duquesa de Alba fue la madrina, supuso el principio y el fin de la relación de Cayetana de Alba con su nueva nuera… y la tiara rusa tuvo un papel principal en esta bronca.
Como la propia duquesa contó en sus memorias, ella ofreció a la novia las tiaras del joyero familiar de los Alba para la ceremonia, cosa a la que María de Hohenlohe-Langenburg no parecía hacerle demasiada gracia. al final accedió a llevar “la rusa” a regañadientes y la duquesa consideró esta tirantez como el leit motiv de su relación con la heredera marbellí.
Genoveva Casanova y Eugenia Martínez de Irujo, los vestidos de novia más deseados de los 90 y el principio de los 2000
La boda de los 1400 invitados de Eugenia Martínez de Irujo tuvo lugar en 1998, como no, en Sevilla. La única hija de la duquesa de Alba escogió para casarse, nada más y nada menos, que con un torero, Fran Rivera Ordóñez. Su boda fue la sensación dentro y fuera de nuestras fronteras, todo un acontecimiento mediático.
El diseñador Emanuel Ungaro fue el encargado de engalanar a la novia y escogió hacerlo con raso y plata. El corte del vestido, de inspiración medieval, remarcaba la silueta de la novia y el gran escote cuadrado ribeteado con bordados confeccionados con hilos de plata. El tocado y el velo corto quedaban eclipsados, de nuevo, por una tiara: la de la emperatriz Eugenia de Montijo que la madre de Eugenia Martínez de Irujo llevó en su primera boda.
Por su parte, en 2005 Genoveva Casanova ingresó en la casa de Alba por la puerta grande con su boda con Cayetano Martínez de Irujo. El espectacular diseño de Manuel Mota para Pronovias que lució aquel día se convirtió en tendencia. El suyo era un vestido pensado en dos partes y con un corte regio.
Para la ceremonia Genoveva Casanova lució sobre el vestido una chaquetilla de encaje de chantilly con una línea de botones forrados de raso al frente tan entallada que hacía efecto segunda piel. Una vez fuera de la iglesia la novia pudo quitarse la chaquetilla mostrando el precioso vestido con escote palabra de honor.
Los vestidos de novia de Inés Domecq y Sofía Palazuelo: elegancia 2.0 en la casa de Alba
Las últimas en ingresar en la casa de Alba, Inés Domecq al casarse con el nieto de la duquesa de Alba, Javier Martínez de Irujo, y Sofía Palazuelo, actual duquesa de Huéscar, con su enlace con Fernando Fitz-James Stuart son, quizás, las que más pueden haber inspirado el look que Belén Corsini llevará en su boda.
Inés Domecq dejó de lado las tiaras familiares (prefirió un tocado de flores) y abrió la veda de los vestidos con cola. El modelo diseñado por Manuel Mota para Pronovias que lució el día de su boda tenía una cola de tres metros y un velo de tul de seda de cinco. El vestido de manga larga, generoso escote y falda tubular fue confeccionado en crepe de seda natural. El resultado final fue, simplemente, elegancia pura.
Sofía Palazuelo cogió el testigo de los vestidos de cola y ese es precisamente el detalle que más llamó la atención del traje del día de su boda. El vestido era un diseño de su propia tía, Teresa Palazuelo, muy limpio al frente, con las mangas cortas y el escote en V, pero espectacular a la espalda.
El efecto de llevar una larga cola se conseguía gracias a una capa que partía desde los hombros de la novia. Un moño bajo adornado con un tocado de plumas blancas firmado por Teresa Biz completaba la impresión de frescura y elegancia que irradiaba todo el modelo. ¿Habrá cogido ideas de alguna de estas novias Belen Corsini? Ya queda menos para comprobarlo.
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