Inés Ballester es una periodista todoterreno, a quien no se le resiste ningún género periodístico, aunque desde hace años se dedica a la televisión en exclusiva, donde ha presentado programas de todo tipo: de cocina, magazines, debates, informativos. Actualmente, presenta ‘Está pasando’, en Telemadrid, donde llegó hace años y donde ha vuelto porque en esta cadena se siente como en su propia casa. Amiga de sus amigas, es una de las personas más queridas de la profesión, un referente de compañerismo, y fue una de las primeras en contagiarse de coronavirus.
Inés, han pasado 14 meses desde que nos confinaron. ¿Ve luz al final del túnel?
Sí claro, hace tiempo que veo la luz, y que tengo una cierta actividad social. Voy al cine, al teatro, respetando todas las normas como es lógico, y a trabajar, porque sería incapaz de quedarme en casa. Me he dado cuenta de que la gente está recuperando el optimismo poco a poco.
«Este año no me he comprado nada de ropa porque no me apetecía»
¿Cuando estemos vacunados, esto será como en los años 20, puro desenfreno?
No lo creo porque no todo el mundo va a salir igual económicamente, aunque hay gente que se está gastando ingentes cantidades de dinero en los restaurantes, por ejemplo, en vinos carísimos, no sé, yo por ejemplo este año no me he comprado nada de ropa, porque no me apetecía, ahora ya empiezo a mirar el armario con otros ojos.
Buen momento para hacer cambios.
Tú ya lo estás haciendo, no sólo de armario.
Porque en las situaciones extremas te das cuenta de quién merece la pena y quién no.
Yo ahora veo la parte positiva, y es cierto que con el tiempo dejas de ver a personas, o de llamarlas, y te vas quedando con un pequeño grupo que son los más cercanos y a mí eso me parece que no es bueno, porque yo no quiero olvidarme de nadie. Yo he estado y estoy muy pendiente de la gente que vive sola o está necesitada, sobre todo en los días duros del confinamiento.
¿A quién ha echado de menos en este año tan doloroso?
No poder estar con mis padres, porque viven en Valencia y no podíamos viajar, ha sido muy duro para ellos y para nosotros también. Cuando estemos todos vacunados y podamos quitarnos las mascarillas, vamos a dar todos los abrazos que no hemos dado en este año.
Fue de las primeras en contagiarse.
Lo pasé muy mal porque estuve tres semanas aislada completamente, aunque en honor a la verdad tengo que decir que la gente se volcó conmigo. Mi marido y mi hijo se movieron mucho, llamaban a las amigas para deciros cómo me encontraba, me mandaban fotos, pero estaba tan mal que no tenía fuerzas ni para contestaros.
«Pedí que me sedaran porque aquello era insoportable»
¿Era consciente de que Juan estaba pendiente de usted?
Sí, sí, aunque hubo un momento en el que pedí que me sedaran porque aquello era insoportable. La soledad es terrible, porque pasaban las horas, los días, no reconocías a nadie, tampoco sabían muy bien qué tratamientos ponerte, cada día era algo nuevo, era como ir en una noria.
¿Sintió que el tiempo se había parado?
Sí, porque tampoco podías ver o escuchar las noticias, creo que en algún momento vi una película de vaqueros… No sé qué hice durante tantas horas, hasta que Juan encontró un hilo del que tirar de mí y poder sacarme de ese pozo.
¿Un hilo?
Sí, me preguntaba dónde quería ir cuando saliera, me hablaba de algunos lugares donde habíamos estado o de los que me gustaría visitar, de restaurantes que me gustaban, y eso me motivaba mucho.
¿No perdió la esperanza?
No, la verdad es que no, pero sí llegó un momento en el que me pidieron que me pusieran boca abajo: les dije que no, si me muero me muero. Todavía tenía lucidez para decidir sobre qué quería o no quería hacer. ¿Tú sabes lo que es que te pongan una escafandra, que es como un casco de buceo? Es horrible.
¿Sintió miedo de no poder salir de esa habitación?
Nunca piensas que te vas a morir, lo que no sabía era si iba a ser capaz de poder sobrellevar todo eso mucho tiempo. De hecho, mi hijo me puso en contacto con un psiquiatra amigo suyo, un argentino monísimo, que fue el que me fue sacando de ese pozo porque es una persona muy alegre, que me llamaba con ese acento tan dulce que tienen los argentinos, y eso me animaba mucho y me vino muy bien.
¿Cómo reaccionó cuando le dieron el alta y se vio en su casa?
Como te dan tanta medicación yo no me di cuenta de lo que estaba pasando por las calles hasta que no llegué a casa. Ese silencio, sin un solo coche por la calle Goya, era una sensación de estar viviendo una película de miedo. Era sobrecogedor. Llegué a pensar que estaba soñando. Como coincidió con unos días que llovió mucho, leía y leía, sentía una paz increíble, quizá porque tanto Juan como mi hijo estaban todo el rato conmigo… En algún momento, aproveché para tomar el sol en la terraza, hasta que poco a poco pudimos salir a las ocho de la tarde. Éramos como hormiguitas, como zombis saliendo de los portales y caminando por las aceras, con apenas coches circulando por la Castellana.
Y cuando volvió a la tele, ¿qué sintió?
Fue muy emocionante porque yo creo que fue ahí donde me contagié, un viernes que hicimos un programa de cuatro horas sobre el Covid. Y el sábado al levantarme empecé a encontrarme rara, y le dije a Juan: Creo que tengo el Covid, lo supe, y nos fuimos al hospital. Cuando volví me sentí feliz porque yo trabajando me lo paso muy bien, disfruto mucho.
«Cuando eres joven, no piensas que te puedes morir»
Tras su experiencia, ¿qué les diría a los negacionistas?
A mí me resulta muy complicado dar consejos porque cada persona reacciona de una manera diferente a las vacunas, a los medicamentos, y la ley no obliga a ponértelas. Cuando yo digo que el cáncer se supera, que incluso te olvidas de que lo has tenido, pienso en la gente que está mal y lo que pensarán cuando me oigan decir eso.
¿Y a quienes organizan fiestas sin tomar las medidas adecuadas?
Cuando eres joven, Rosa, no piensas que te puedes morir, todos hemos hecho locuras a esas edades, porque no tienes la sensación de peligro que sientes cuando eres más mayor y el tiempo se va acortando. Para un joven, un año es mucho tiempo, y si estás encerrado, mucho más.
¿Cómo lo han vivido su hijo y sus amigos?
Mi hijo ha encontrado en el deporte una salida, y como en Barcelona donde vive están muy organizados, siempre encuentran gente de su nivel con los que poder jugar al tenis, y eso le ha enrollado mucho en estos meses. Además, tiene un trabajo muy creativo, no creo que vaya a esas fiestas, tiene ya 30 años, y el confinamiento lo ha llevado con mucha más naturalidad que yo.
¿De verdad?
Sí, sí, hablamos mucho y eso me da mucha paz.
Está muy unida a sus padres.
Porque son un pilar muy sólido, son fundamentales en mi vida, porque dentro de su formación, son personas conservadoras, siempre me han permitido actuar con libertad para que tomara mis propias decisiones. Me permitieron que me marchara a estudiar fuera de Valencia, cuando no era fácil porque teníamos un negocio familiar, una panadería; también cuando tomé la decisión de dejar la SER, donde era fija para irme a la televisión. Nunca me han puesto pegas, tampoco con los novios que traía a casa, y que después desaparecían.
Me consta que les visita a menudo.
Sí, porque ya tienen una edad, mi padre 93 y mi madre 90, y el no poder visitarles durante todos estos meses ha sido muy duro. En mi casa siempre ha habido una silla para que mis amigos pudieran sentarse a comer. Han sido personas muy queridas, muy sociables, que lo han pasado muy mal con el Covid, al no poder vernos, por eso me siento muy responsable e intento cuidarles y darles lo mucho que ellos me han dado y cuidado a mí.
Valencia es de las ciudades que mejor están.
Sí, por fin he conseguido llevarles a la playa, a comer una paella como les había prometido. Ese objetivo está cumplido y espero poder ir con ellos a visitar museos, que les encanta, y a los mercados, aunque mi madre ya va en silla de ruedas.
«Juan y yo primero mantuvimos una relación de amigos»
¿Cómo llegó Juan a su vida?
Juan no es sólo mi marido, es una persona especial en mi vida personal y profesional. Le conocí porque era el director general de Telemadrid, donde yo trabajaba, mantuvimos una relación de amigos, pero dejamos de vernos y al cabo de un tiempo nos reencontramos y años después nos casamos. Ahora he vuelto a Telemadrid, y cada vez que entro por esa puerta me acuerdo de aquellos años tan felices que pasamos.
Ambos tienen hijos, ¿cómo es la convivencia?
Entre los dos nos encontramos con tres adolescentes, no ha sido fácil pero lo hemos llevado muy bien, lo hemos resuelto muy bien. Estamos muy orgullosos de la familia que hemos formado.
¿También con el grupo de amigas de la tele?
Por supuesto que sí, y eso que somos muy distintas en lo ideológico, en las experiencias, lo que propicia que alguna vez salten chispas, pero por lo general se ha generado una relación de cariño muy grande entre todas nosotras.
Confrontar pareceres es muy sano.
Tan sano como que Paloma Gómez Borrero y Cristina Almeida, tan distintas, se hicieron grandes amigas. Luz Sánchez Mellado e Isabel San Sebastián se entienden muy bien.
¿Nos cambiará cuando vuelva la normalidad?
Por supuesto que sí, la precariedad laboral ya se está viviendo, el consumo ha bajado, se han perdido puestos de trabajo y más que se van a perder, nos va a costar mucho salir de esto porque hay gente que no sabe qué va a ser de su vida cuando todo vuelva a la normalidad.
Otra de sus pasiones es la cocina.
Porque a través de la cocina compartes muchas otras cosas. Por suerte, a Juan también le gusta mucho. Ahora cocino menos porque los fines de semana procuro ir a ver a mis padres, pero sí me gusta cocinar. No olvides que tuve un gran maestro, Karlos Arguiñano, con el que compartí muchas horas en televisión, para mí es uno de los más grandes, no sabes la alegría que me ha dado que le hayan concedido el Premio Nacional de Televisión, porque se lo merece.
Mi foto favorita
«Esta Falla está cerca de la casa de mis padres, donde siempre vamos, es un ritual, un día muy feliz para nosotros».
¿Quién es Inés Ballester?
Nació en Burriana, Castellón, el 28 de septiembre de 1958.
Estudios Licenciada en periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Trayectoria Inició su carrera en la Cadena SER y más tarde en RNE. Saltó a la televisión como jefa de informativos de TVE Valencia, más tarde en Canal 9 y Telemadrid. Tres años después, ficha por Antena 3TV. En 2001 vuelve a TVE para presentar ‘Por la mañana’, junto a Iñaki del Moral. Seis años después presenta ‘El día por delante’, los fines de semana. Junto a Carmen Sevilla presentó ‘Cine de Barrio’” en TVE, y más tarde ‘Nuestro cine’ en 13 TV. Tras presentar en TVE ‘Amigas y conocidas’, se lleva el programa a las tardes de Telemadrid, bajo el nombre de ‘Está pasando’. Ha publicado varios libros de cocina y recibido numerosos premios por su labor en televisión.
Familia Tiene un hijo, Rafael, fruto de su matrimonio con Rafael Corberó. Está casada en segundas nupcias con Juan Luis Ruiz de Gauna.
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