Guía para tener una piel perfecta

Vivimos en una búsqueda constante de la piel perfecta. Algunas personas tienen la suerte de contar con ella de forma natural, mientras que otras deben llevar a cabo una serie de cuidados diarios para mantener el buen aspecto. Los tratamientos de uso externo y las dietas detox pueden servir como alivio temporal, pero a la hora de la verdad los problemas vuelven a brotar y sin previo aviso. Steven relaciona los problemas de piel con cuatro áreas primarias: disfunción digestiva, desequilibrios hormonales, deficiencias nutritivas y toxicidad. Veamos en qué consiste cada una:

Disfunción digestiva. La conexión entre el sistema digestivo y la piel es una realidad que se tiene muy en cuenta a la hora de realizar un diagnóstico. Hay muchos antibióticos que se utilizan específicamente para tratar problemas de piel como el acné severo, pero no son los únicos. Ejemplo de ello son los antigripales (no es casualidad que luzcamos un cutis sin impurezas durante épocas de catarro), y esto se debe a que los antibióticos matan la bacteria que vive en el sistema digestivo. El problema está en que los antibióticos matan tanto la bacteria buena como la mala. La bacteria mala tiende a ser uno de los principales causantes de muchos problemas de piel y hasta que los equilibrios de forma natural a través de la comida y un estilo de vida saludable, será difícil mantener una complexión limpia.

Desajustes hormonales. Hombres y mujeres tenemos las mismas hormonas, lo único que varía es su proporción. Mantener este equilibrio es importante ya que las modificaciones de estos niveles, por muy pequeñas que sean, pueden causar grandes cambios en tu apariencia y por consiguiente, en cómo te sientes. La conexión entre hormonas y problemas de piel aparece principalmente en adolescentes que atraviesan la pubertad, durante los tratamientos con esteroides anabólicos, en las terapias de sustitución hormonal aplicadas en mujeres y en los suplementos para la tiroides. Nuestro sistema hormonal (sistema endocrino) es bastante complejo por lo que si lo echamos a perder a causa de una mala alimentación, estrés, toxicidad o suplementos, será casi imposible evitar los problemas de piel.

Deficiencia de nutrientes. El cuerpo humano necesita todo tipo de nutrientes (vitaminas, minerales, ácidos grasos o aminoácidos) para funcionar correctamente. Aquellas personas que tengan falta de un nutriente en particular serán más propensas a acarrear complicaciones, en su mayoría problemas de piel. Este déficit puede ser provocado por un funcionamiento irregular del sistema digestivo, lo que a su vez desequilibrará el sistema hormonal, en un ejemplo más de las infinitas conexiones presentes en el cuerpo humano.

Toxicidad. Vivimos expuestos a multitud de toxinas: al respirar de camino al trabajo, tomar un taza de cafe, darnos una ducha o usar leche corporal. Además, la bacteria mala a la que nos referíamos antes también produce toxinas, aunque por suerte nuestro cuerpo tiene varios mecanismos naturales para deshacerse de ellas como el hígado, los riñones, el intestino, los pulmones o la piel. Existen casos en los que las complicaciones vienen por partida doble, como por ejemplo en el paciente que tenga el hígado obstruido y el cuerpo sobrecargado con toxinas (unas toxinas que a menudo tienen que recurrir a la piel como vía de escape). Por otra parte hay órganos como el hígado que necesitan determinados nutrientes para funcionar correctamente. El temido déficit en estos casos puede estar causado por una mala digestión, algo que a su vez bloqueará el funcionamiento del hígado y desencadenará un atasco de toxinas y desajustes hormonales.


¿Y ahora qué?

Te damos 11 consejos que puedes incorporar a tu estilo de vida para mantener un cutis sin imperfecciones. Recuerda que esto no es una ciencia exacta y que mientras algunos verán resultados sólo con incluir varios cambios, otros necesitarán hacer todo y más, para alcanzar esa tez soñada.

1. Evita cualquier alimento que provoque malestar digestivo, dolor de cabeza, bajadas de energía o dolor en las articulaciones. Tenemos especial sensibilidad ante algunos alimentos que desencadenan molestias físicas y problemas de piel. Los culpables más comunes son el gluten, los lácteos, la soja, el maíz, las judías, el exceso de fibra o de carne cruda, los alimentos fermentados, los estabilizadores como el carragenano y la goma guar.

2. Evita alimentos de alto contenido en fibra y abandona los suplementos de fibra. Pueden causar inflamación digestiva y alimentar la bacteria mala. En su lugar tomar dos zanahorias crudas al día, preferiblemente entre comidas, ya que te aportarán toda la fibra necesaria y favorecerán la eliminación de toxinas residuales del sistema digestivo.

3. Evita los ácidos grasos poliinsaturados. Estas grasas actúan como prooxidantes (lo contrario a los antioxidantes) y pueden estresar algunos sistemas de tu cuerpo. Hablamos del aceite vegetal, aceita de canola, aceite de girasol, de cártamo o cualquier otro aceite extraído de semillas. Los únicos aceites que se recomienda consumir son el aceite de oliva y el aceite de coco.

4. Lácteos/azúcar. Siempre que no tengas intolerancia a los lácteos, consume leche orgánica de forma regular y zumo de naranja sin pulpa. En infecciones relacionadas con estos problemas de piel como la causada por el hongo Cándida, el problema no se desvanecerá por dejar de consumir estos productos puesto que tanto la leche como el zumo de naranja contienen poderosos nutrientes impulsores para la piel y la salud.

5. Considera una dieta baja en almidón pero no baja en carbohidratos. Las dos fuentes principales de carbohidratos son el almidón y el azúcar. Los almidones pueden ser difíciles de digerir, por lo que se recomienda sustituirlos por frutas y zumos de fruta.

6. Tiroides/Estrógenos/Hormonas. Asegúrate de que tu tiroides funciona correctamente. El tiroides está considerada la glándula maestra por algo y tiene un papel clave en la salud de la piel y del sistema metabólico. Es importante que tengamos unos niveles equilibrados de hormonas, particularmente de los estrógenos. El exceso de estrógenos es un problema muy común que puede ser causado por diversos factores: desde tomar la píldora hasta los estrógenos presentes en nuestro entorno, como en el plástico. De nuevo las zanahorias crudas combinadas con una dieta rica en nutrientes pueden ayudarte.

7. No dejes que disminuya tu nivel de azúcar en sangre. Cuando te saltas comidas y te sumerges en un estado nervioso, estás creándole una respuesta de estrés al cuerpo. El estrés por si sólo puede causar problemas de piel pero esto se multiplica cuando tu cuerpo busca energía que quemar y empieza a nutrirse de sus propios tejidos como fuente de recursos. Este proceso puede liberar toxinas añadidas al cuerpo (como los problemas de piel que surgen durante procesos depurativos). También puede ralentizar tú metabolismo y causar desajustes hormonales.

8. Trabaja duro, descansa más aún. Tómate un día para restaurar cuerpo y mente. Saunas infrarrojas, baños con sales de Epsom (sulfato de magnesio), un masaje o incluso un paseo por el parque pueden hacer maravillas.

9. Reduce la carga de toxinas. Ingiere alimentos orgánicos, utiliza productos de higiene personal sin toxinas, evita los suplementos alimenticios (son sintéticos en su mayoría), y evita relacionarte con gente a la que consideres tóxica. Consume en su lugar alimentos que refuercen el hígado como remolacha, alcachofa, diente de león, caldo de hueso, proteínas de alta calidad e hígado de pollo.

10. Corrige cualquier deficiencia nutritiva tomando alimentos de alto índice nutritivo. La mayoría de las personas presentan insuficiencia de nutrientes, especialmente aquellas que se someten a dietas muy restrictivas. Estos déficits inhabilitarán tus procesos de desintoxicación así como tu sistema hormonal. Las deficiencias más comunes son las relativas a las vitaminas A, E, K2, B, el calcio, el magnesio, la glicerina y la proteína.

11. Controla el estrés y duerme más. Si se acerca el evento que tanto estabas esperando y te sale una imperfección, confía en el poder de la mente y esfuérzate por mantener el control sobre tu cuerpo. El estrés no desaparecerá así porque sí, pero trata de dominar los nervios que sí puedas controlar, aliméntate con comida rica en nutrientes e incorpora actividades para controlar el estrés a tu rutina ya que ayudarán a tu cuerpo a adaptarse a este nuevo ritmo de vida. Por último, tu cuerpo se regenera durante las horas de sueño así que trata de brindarle tantas como puedas, ya que puede ser aún más poderoso que la nutrición o el ejercicio.

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