En este viaje al pasado que ha sido Aria, la nueva colección con la que Alessandro Michele conmemora el centenario de Gucci, el director creativo no solo ha reinterpretado algunas de las piezas emblemáticas de la etiqueta o ha dado un golpe a la industria con el homenaje a Demna Gvasalia y su primer trabajo con Balenciaga (reflejado en la unión de logos y estampados en varios diseños). También ha puesto en valor el nombre de uno de los rostros más importantes en la industria y cuya relevancia en la historia de la casa italiana ha sido innegable: Tom Ford.
El creador estadounidense estuvo el mando de la dirección creativa durante una década, de 1994 a 2004, y logró definir una estética que todavía a fecha de hoy permanece en la casa de lujo. Una labor que Michele ha querido reflejar plasmando esa «tensión sexual de Ford» que resulta imposible olvidar.
Un buen ejemplo ha sido la incorporación de trajes de chaqueta, tan propios de las colecciones de Ford durante los noventa. Entre todos ellos ha sido uno, de terciopelo y con el rojo como protagonista, el que ha despertado la atención del público. No solo por las grandes semejanzas con las propuestas de ex director creativo en la recta final del siglo XX, sino porque uno de los rostros más populares de Hollywood deslumbró con aquella primera versión: Gwyneth Paltrow.
La popular actriz de Hollywood eligió este atractivo look para asistir a la gala de los MTV Awards en 1996, un diseño de la colección otoño/invierno de Gucci de aquel mismo año, y el éxito fue tal que son muchos los que todavía lo recuerdan pasados más de veinte años.
Una elección muy sexy y estilosa que en una época como los 90 suponía una revolución y que sin embargo Gwyneth Paltrow acabó por convertir en un gran atractivo para el público.
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