QUÉ HA PASADO
• Manolita sale de prisión para hacerse unas pruebas.
• Beltrán ordena prender fuego a El Asturiano.
La muerte de Carlos hunde a su familia e impacta a los vecinos de la plaza de los Frutos, que hacen sus cábalas sobre lo ocurrido. Tras la autopsia, Abel da el diagnóstico definitivo. “No hay duda: se produjo por una sobredosis”, confirma a su madre.
María, que ha viajado de Londres para enterrar a su hijo. “Es imposible. Acepté que regresase con su padre a Madrid porque estaba totalmente desenganchado”, explica la mujer, rota de dolor.
Al menos, los Gómez reciben una buena noticia: el tumor de Manolita es benigno . Sin embargo, la alegría dura poco, pues debe regresar a prisión en dos días.
Emma busca evadirse de la pena que invade su casa y sale por las tardes. Ante este comportamiento, Manolín empieza a sentirse solo y, además, se percata de que su mujer regresa sin un pendiente, sospechando que está siéndole infiel. “¿Crees que se ha cansado de mí?”, pregunta a Socorro, que lo niega.
Aunque el adolescente que ha contratado Juan representa su papel a la perfección, Gorka sigue pensando que ese no es su hijo y recurre a Fabián. “Tienes que ganarte su confianza y que te cuente realmente quién es”, le pide.
En poco tiempo, el chico consigue acercarse a él y destapa la confabulación de Zúñiga, algo que indigna a Maica. “¡Cómo has podido jugar con un asunto tan delicado! Tenía que haber hecho caso a los que me advirtieron de que nadie cambia, ¡y menos tú!”, grita a su marido. “¿Qué dices? Yo también he sido engañado”, miente para defenderse.
María trata de buscar respuestas y es incapaz de creer que Carlos volviera a caer en la heroína. “Tu primo me lo juró. ¿Qué ha pasado?”, le pregunta a su sobrina, Emma, y se funden en un abrazo.
La situación de Miguel esangustiosa: está desubicado y, lo peor, sufre fuertes dolores que solo se alivian con morfina. Conmovidapor él, Estefanía roba medicamentos de la consulta de Abel y promete al espía que lo apoyará en lo que sea necesario.
Justo y Benigna siguen sin dar crédito al lío en que se ha metido Virginia. “¿En qué día decidiste convertirte en la salvadora de las prostitutas?”, se queja Castro, al enterarse de que está amenazada por un proxeneta, el Chaira.
Para despejar sus dudas, Manolín somete a Emma a un estrictocuestionario: “¿Por qué has empezado a arreglarte tanto y vienes sin pendientes?”. La estudiante se da cuenta por dónde va y le saca de su error: “Solo intento sentirme bien conmigo misma, de verdad”.
En agradecimiento, Maica se sincera con Fabián: “Tuve un hijo con Gorka hace veinte años … Me dijeron que falleció en el parto y no fue así: lo robaron siendo un bebé”. Mas tarde, el sacerdote se entera de la revelación y le parece una imprudencia.
La única manera de atrapar al Chaira es que Virginia vaya al encuentro que le propone. “Varios agentes de paisano estarán allí”, la tranquiliza Benigna, sin demasiada confianza en sus palabras.
A pocas horas de la entrada de nuevo en la cárcel de Manolita, Cristina se presenta en su piso eufórica: “Acaban de comunicarme que antes de quitarse la vida, Carlos se declaró culpable del asesinato de Marisol y aseguró que tú no le disparaste. Eso te libra de responsabilidad”. Por fin, los Gómez respiran. “Se acabó la pesadilla”, afirma Marce.
Aun sabiendo a lo que se expone, Estefanía prepara todo para que la agonía de Miguel termine. “Gracias”, le dice el espía antes de cerrar los ojos.
María empieza a desconfiar de su marido: “¿Y si Beltrán animó a Carlos a recaer, proporcionándole la heroína que le mató?”. Ella, más que nadie, sabe que el militar carece de escrúpulos…
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