El coronavirus nos ha cambiado la rutina. La vida ha dado varias volteretas laterales, giros inesperados y algunos desenlaces con doble mortal y tirabuzones en 2020. Como dicen desde Avance Psicólogos, “estábamos deseando que se terminara, como si al sonar la última campanada se fueran con ella los demonios que nos han invadido estos meses”.
Sin embargo, aunque abrimos paso a un nuevo año con una pizca de esperanza, entreabrimos la puerta para mirar de reojo y con desconfianza lo que se avecina. “Porque no las tenemos todas con nosotros y parece que aquella ‘vida pre- Covid 19’ está muy lejos”, dicen los expertos de Avance Psicólogos. Queda preguntarse, ¿y si no vuelve? ¿Y si esto es un cambio definitivo y tenemos que estar permanentemente preparados para posibles desastres y cambios en nuestro pequeño mundo?
Las consecuencias psicológicas de la tercera ola
“Con cada ola de la pandemia se produce un mayor desgaste psicológico”, dice la Dra. María Consuelo Vilasánchez, psicóloga y miembro de Doctoralia. “Desde la primera ola, en la que en general la población sacó fuerzas para pasarla (se aplaudía en los balcones e incluso se hacían espectáculos desde los mismos con música, etc.), a la segunda ola (que nos cogió en el verano cuando empezábamos a recuperar las fuerzas perdidas), hasta esta última, en la que además del desgaste psicológico se une el desastre económico para muchas familias y negocios (lo que implica la preocupación económica unida al estado general de la pandemia) el desgaste es mayor debido a la carga acumulada de las otras dos”, añade.
Como subraya esta psicóloga, “los desórdenes psicológicos afectan ya a una parte importante de la población: cansancio, agotamiento mental y desmotivación, ansiedad, estrés, depresión, además de trastornos adaptativos en relación a alteraciones en el estado de ánimo, cambios de humor e insomnio”. En los jóvenes que han nacido y crecido con las nuevas tecnologías, según esta experta se aprecia también mayor ansiedad, estrés y agresividad “ya que el aislamiento y la falta de socialización les afecta de manera especial y provoca una dependencia aún mayor de las redes sociales”.
No eres la única que está triste y desmotivada
Aunque no sea un consuelo ni la solución a lo que sientes, como dice la Dra. Vilasánchez, es normal que te sientas así, con menos energía y desmotivada. Como explica esta psicóloga, “la menor energía se debe a la duración en el tiempo de la situación pandémica, en la que llevamos ya un año inmersos, ya que ese desgaste repercute en nuestro estado de ánimo y más conforme la situación se alarga”.
Esta poca energía, unida a la falta de actividades que antes nos hacían sentir bien, como el hecho de poder salir, tomar algo o relacionarnos hace, según la experta de Doctoralia, que nuestro estado de ánimo decaiga, “además de las noticias que oímos, con las cifras que se manejan y en particular en esta tercera ola, en la que se producen más contagios y más rápido”. Como añade la Dra. Vilasánchez, “la sensación de incertidumbre influye en nuestro estado de ánimo, y el no vislumbrar un futuro ‘normalizado’ en poco tiempo, aún más».
Además, como apunta la psicóloga, “aunque nuestro carácter sea más o menos optimista también nos influye el estado de ánimo de los demás, lo que da lugar a un ‘entristecimiento general de la población’ que repercute de manera individual en cada uno”.
En el caso de las personas que viven solas o que se han quedado sin trabajo, la situación de desánimo, tristeza, falta de energía y desmotivación se agrava, como subraya la psicóloga. “Pensemos que el hecho de estar ocupados y con una rutina diaria influye en nuestro equilibrio anímico, así que la falta de trabajo y las noticias nada halagüeñas sobre la crisis económica, repercute enormemente en nuestra salud mental, ya que a la preocupación por nuestra salud física y la de los nuestros se une la falta de recursos económicos”, dice la Dra. Vilasánchez.
“Las personas que viven solas acusan mayor sintomatología y son más vulnerables, ya que han perdido la fuente de apoyo social”. Y es que, como apunta la experta, “hasta la situación pandémica, las personas que vivían solas tenían ese apoyo fuera de casa, pero esta situación y sus restricciones ha hecho que estas personas pierdan ese apoyo social, que es un desestresor muy importante en la gestión de emociones”.
Principales motivos de consulta psicológica
Como nos cuenta la Dra. Vilasánchez, el agotamiento psicológico debido al alargamiento de la situación actual está haciendo hace que las consultas a psicólogos sean principalmente por problemas de ansiedad y estrés debido al agotamiento producido por la situación en general. “Además, se producen cuadros depresivos debido a la imposibilidad de realizar actividades que antes nos permitían gestionar emociones negativas, como salir o quedar con amigos, o actividades en grupo que ahora ya no es posible llevar a cabo”.
Como causa de estos cuadros depresivos, según la psicóloga, se une además la parte económica, “ya que muchas familias han pasado de tener estabilidad en este sentido a una ruina económica con pocas previsiones de recuperación, lo que agudiza aún más los cuadros ansiosos».
Sin embargo, como dice la Dra. Vilasánchez, en el consumo de drogas y estupefacientes se ha producido un descenso, “aunque en el caso del cannabis el consumo ha aumentado, ya que su disponibilidad es mayor que en el caso de otras drogas ilegales”.
Signos de que necesitas ayuda
¿Te identificas con el ‘cuadro’ depresivo o de ansiedad que describe la experta? ¿Cómo saber si necesitas ayuda profesional? Como apunta la Dra. Vilasánchez, “aunque en este momento de pandemia es normal que nos sintamos más tristes y desmotivados debido a la situación general, es hora de pedir ayuda si:
“En general, si cómo nos sentimos nos impide llevar a cabo nuestras actividades del día a día, debemos acudir a un especialista que nos ayude a gestionar esta situación”, añade la psicóloga.
Herramientas útiles para afrontar los cambios
Laura Palomares, psicóloga y directora de Avance Psicólogos, nos facilita herramientas para enfrentarnos a los cambios y ser más resilientes.
Según Palomares, “es posible que después de la situación de pandemia que estamos viviendo se incorporen a nuestra vida nuevos hábitos, pero esto no tiene por qué ser malo». Lo que sí debemos contemplar es que nada permanece para siempre, y antes o después pasará”. “Un buen trabajo es echar la vista atrás y sacar los puntos positivos y las lecciones aprendidas de todo lo vivido”.
La directora de Avance Psicólogos nos da las siguientes pautas:
“Lo importante es que el ser humano tiene una enorme capacidad de adaptación. No obstante, para facilitar esa transición necesita dar sentido y obtener aprendizajes de lo vivido”, dice la directora de Avance Psicólogos. “En las circunstancias actuales estamos aprendiendo buenas lecciones: desarrollo de la empatía con los demás, la búsqueda del equilibrio entre todos, como sociedad, y el valor de la tolerancia y la paciencia”, subraya.
Como añade la Dra. Viladecans, “para conseguir un estado de ánimo equilibrado en esta época es importante poder adaptarnos a ella, así que lo fundamental es abordar el día a día desde lo que podemos hacer en estos momentos de pandemia”.
“Puede que la situación vuelva a la normalidad como era antes o no, y aunque debemos tener la esperanza de que todo mejorará, es importante conseguir esa adaptación, así que adaptarnos a las nuevas formas de trabajo o de relación e intentar realizar actividades que nos gratifiquen sin la presencia de otros es importantísimo también”, añade. ¿Por ejemplo? “Dedicar tiempo a relajarnos y a hacer deporte influirán en cómo nos sintamos, además de tener una rutina diaria y estar ocupados. Pensemos en lo que podemos hacer con lo que tenemos y adaptémonos a la situación para conseguir un estado de ánimo equilibrado”, concluye la experta de Doctoralia.
Vía: ELLE ES
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