Por mucho que sus sobrinas gemelas, Lady Amelia y Lady Eliza Spencer, traten de continuar con el legado beauty de su tía, Lady Di fue, es y será la royal más aclamada de todos los tiempos por razones evidentes. Marcó tendencia dentro y fuera de palacio y el mito no solo se forjó a través de su atrayente -y todavía misteriosa- vida personal, también la acompañaron los looks más icónicos e inolvidables junto a una melena rubiaque se quedará para siempre grabada en nuestra retina.
Y aunque deslumbró en muchísimas ocasiones con diferentes peinados, nos hemos quedado con los tres cortes de pelo corto que mejor hablan de cada una de las etapas que vivió desde que se convirtiera en la princesa favorita de Inglaterra.
Era la primera royal hasta la fecha en llevar un corte de estilo masculino, despeinado y con mucho volumen. Su look desprendía un toque de rebeldía y distinción y con él descubrió que las normas no iban con ella. Hoy, se trata de una versión del bob que podríamos actualizar para convertir en un corte de pelo super tendencia que quita años y que aporta una personalidad arrolladora. Ideal para todas las edades y apto para los rostros alargados y ovalados. ¿Podría convertirse en uno de los cortes que más veremos en 2021?
A medida que avanzaba la década de los 80, su cabello esponjoso, ondulado y rubio a lo Farrah Fawcett, sumaba centímetros sin parar y en varias ocasiones amenazó con hacer crecer su pelo sin ningún éxito. Porque a pesar de que la vimos con una media melena recatada, perfeccionada máximo, peinada con la raya en un lateral y adornada con un pasador que le restaba volumen, la transformación de Lady Di estaba a punto de llegar.
Y así fue cuando, a principios de los 90, conoció por casualidad al que después se convertiría en su estilista de confianza. Su melenita naif cayó en manos del británico Sam McKnight y después de una sesión de fotos para Vogue capitaneada por el objetivo de Patrick Demarchelier, ambos estuvieron de acuerdo en que era el momento ideal para realizar un cambio de look inesperado.
Un corte aún más moderno, más corto, más andrógino y más atrevido. Una especie de pixie XXL que acostumbraba a llevar tanto liso como ondulado y que fue uno de los más copiados de la década. «Apareció en todas partes: en High Street, en las revistas: era el corte que todas las mujeres querían de repente», cuenta el peluquero en su libro ‘Hair by Sam McKnight’. Con él llegó su divorcio en 1996 y con él vimos a una Lady Di liberada que comenzó a acortar el largo de sus vestidos, a vestir de Versace y de Chanel, pero también a llevar sudaderas, mallas de ciclista y unas zapatillas deportivas con las que nunca nos la hubiéramos imaginado 10 años atrás.
Ella misma confirmó que este último look lo cambió todo en el documental Diana In Her Own Words (Netflix). Cuando una de sus amistades le pregunta por los momentos clave de su vida, los que le habían convertido en su propia dueña, Lady Di no duda en contestar: «Supongo que el verano pasado, cuando Sam me cortó el pelo de otra manera, liberó algo muy diferente en mí».
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