A pesar de que el maquillaje de ojos, cuanto más llamativo mejor, se ha convertido en la clave principal de los looks de belleza del momento gracias a la mascarilla, pero no es lo único que se ha puesto de moda en el campo de la belleza. También esta temporada hay formas muy concretas de lucir la piel, y la que más se ve ya por los pasillos de Instagram es la conocida como Baby skin.
«La #baby skin, o piel de bebe, es la piel que todas queremos. Una piel limpia, sana y uniforme. Pero, ¿por qué nos gusta tanto? Porque es una piel que tiene unas características especiales, gracias a su renovación constante (o muy frecuente) de las capas cutáneas más superficiales y a la eliminación natural de las células muertas, eso la hace tener un aspecto de piel de melocotón, sin poros dilatados, muy uniforme y jugosa”, describe la cirujana general y médico estético María Vicente.
Es decir, se trata de una piel suave, lisa y elástica y que además tiene cierto brillo, en definitiva, como la de un bebé, que lleva el efecto buena cara como una de sus características.
¿Cómo se consigue la Baby skin?
A diferencia de otro tipo de pieles de tendencia, como la dolphin skin, la baby skin es una forma de piel, por lo que se consigue con tratamientos que la hacen más duradera.
Peeling
Estos se hacen personalizados «según la edad, el tipo de piel y el estado o el problema que presenta en cada momento: piel de adolescente acnéica, de un adulto joven con manchas de melasma o poros dilatados, piel madura deshidratada y con fotoenvejecimiento…», señalan desde Virtud Estética.
«Estos peeling se realizan con una combinación o cóctel de varios tipos de ácidos (salicílico, pirúvico, glicólico, mandélico, láctico, fítico, kójico, entre los más utilizados). Para cada piel es necesario una combinación diferente. Lo importante es que estos ácidos sean nanosomados, para que penetren a mayor profundidad, sean más agradables para el paciente al aplicarlos (no provocan picor ni escozor) y tengan mayor efectividad», añaden.
Son necesarias de cuatro a seis sesiones con intervalos de entre 15 y 21 días entre ellas, y “hay que realizar dos ciclos de estas sesiones, uno siempre en otoño y otro en primavera, para recibir el verano y el sol con la piel lo más sana, limpia y uniforme posible”, recomienda la doctora Virtudes Ruíz. Cuesta 150 euros.
Redensificación
En el caso de las pieles más maduras, muy secas, deshidratadas o fotoenvejecidas es necesario completar el peeling con un tratamiento de redensificación. «La Redensificación es un tratamiento para la corrección y prevención del envejecimiento cutáneo que activa las funciones de las células de la piel proporcionando una mejora en la textura, la luminosidad, la elasticidad y la hidratación», describe la doctora Vicente.
«El ácido hialurónico elegido es de alto peso molecular, no reticulado, que es prácticamente igual al que genera nuestro organismo, junto con un complejo dermorestructurante compuesto por 14 nutrientes (8 aminoácidos, 3 antioxidantes, 2 minerales y 1 vitamina)», señalan desde el centro. «Lo infiltramos con microcánulas para ir depositando el producto por toda la cara sin molestias ni morados», detalla la Dra. Ruíz.
Se recomiendan tres sesiones en intervalos de tres semanas. Y cuesta 350 euros.
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