Murió el 6 de febrero de 1981 en la Clínica de La Paloma de Madrid, por una infarto ocurrido tras intervenirse de cirugía estética en los párpados. No avisó a sus hijos de la operación, porque pensaba que era una cirugía menor sin importancia. La reina Sofía estaba esquiando en Baqueira Beret con sus hijos y con el Rey Emérito. Allí fue donde le dieron la noticia a Don Juan Carlos. Pero decidió no avisar a doña Sofía y simplemente le dijo que regresaba a Madrid porque la Reina Federica se encontraba indispuesta. Prefirió ocultárselo para que viajase sin preocupación de vuelta de las vacaciones. Fue al aterrizar en Madrid, en un avión de las Fuerzas Armadas, cuando el jefe de la base le dio el pésame. La noticia llegó en forma de una durísima sorpresa.
En aquella época, Federica vivía en Madrid, pero había pasado largas temporadas en Madrás con su hija Irene y en Londres con Pablo de Grecia y su familia. Su muerte suscitó una gran conmoción en España. El presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, regresó de un encuentro político en Mallorca para preparar el funeral. Sus hijos querían que fuera enterrada en el Palacio de Tatoi, donde descansaba también su marido, el rey Pablo de Grecia, algo que ella había expresada en numerosas ocasiones, pero el entonces Gobierno griego, presidido por Constantinos Karamanlis, había prohibido que la familia real helena pisara suelo griego.
El Palacio de la Zarzuela comenzó las negociaciones con el gobierno griego y tras una semana de tensión, este accedió a que el séquito funerario llegara al cementerio de Tatoi, aunque permitió la estancia de la familia real griega solo durante cinco horas. Por esta razón, la capilla ardiente de la Reina Federica estuvo abierta en Madrid una semana, durante la cual la Reina Sofía, la princesa Irene y la Reina Ana María de Dinamarca velaron su cuerpo.
El cadáver de Federica llegó a Atenas, junto a sus hijos, y fue desembarcado sin honores. Asistieron, entre otros miembros de la realeza, la Reina Juliana de Holanda, Felipe de Edimburgo y los príncipes de Lietchenstein. El Rey Juan Carlos aterrizó en un segundo avión y sí recibió honores porque era el Jefe del Estado español y el primer ministro griego acudió a recibirle. En Tatoi la Reina Sofía, de riguroso luto y con velo, se arrodilló ante la tumba de su madre y lloró desconsolada.
La última visita de la reina Sofía a Grecia fue para la presentación de los diarios de su madre, recientemente descubiertos, en los que la reina Federica contaba el día a día de su tiempo en Tatoi, anécdotas de la crianza de sus hijos y de sus primeros años en el trono. Tuvo fama de mujer autoritaria y de carácter impetuoso y de intervenir en la política griega. Fue muy criticada por la celebración fastuosa de la boda de Don Juan Carlos y Doña Sofía y de los príncipes Constantino y Ana María en una época de crisis económica. Otras versiones apuntan, sin embargo, que fue una mujer resuelta, de fuerte personalidad, disciplinada, y que constituyó una ayuda inestimable para su marido. Tuvo que enfrentarse al exilio en varias ocasiones, durante la Segunda Guerra Mundial, y tras el Golpe de Estado de los Coroneles, en los años sesenta. También atravesó grandes dificultades económicas. Venció con su enorme personalidad.
Federica nació en Blankerburg, Alemania, el 18 de abril de 1917. Era hija de Ernesto Augusto III, Duque de Brunswick y de la princesa Victoria Luisa de Prusia. Su madre era la única hija del emperador Guillermo II de Prusia y de Victoria de Holstein-Sonderburg-Augustenburg. Por lo tanto, Federica era biznieta de la reina Victoria. Por sus venas corría sangre británica y alemana.
En su adolescencia vivió uno de los episodios que le trajeron más quebraderos de cabeza con el tiempo: ingresó en las Juventudes Hitlerianas, con apenas trece años. En sus memorias explica que en la época era obligatorio, pero las fechas no cuadran, porque la ley que lo ordenaba se promulgó nueve años después. Para separarla de la influencia hitleriana fue enviada a un internado en Inglaterra y a una escuela norteamericana, en Florencia, donde conoció a Pablo de Grecia. Se casaron el 9 de enero de 1938 en Atenas. La primera hija del matrimonio, Sofía, nació el 2 de noviembre de1938. En 1940 nace su segundo hijo, Constantino que sería, pasados los años, Rey de Grecia. Irene nació durante el exilio en Suráfrica, en 1942, tras la invasión de las fuerzas del eje, en la Segunda Guerra Mundial.
El doctor Zurita, esposo de la infanta Margarita, estuvo presente en la operación junto a su cirujano. Normalmente esta intervención solo requiere anestesia local, pero en el caso de la reina Federica se realizó bajo anestesia general. Dos horas después de la operación sufrió un infarto de miocardio en su habitación. Intentaron reanimarla, sin éxito. Tras el fallecimiento fue trasladada al palacio de La Zarzuela. Tenía 63 años.
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