María Pombo y Pablo Castellano daban la bienvenida al mundo a su primer hijo, Martín, el pasado 27 de diciembre. Un acontecimiento que eran ellos mismos los que se encargaban de anunciar de manera oficial a través de sus cuentas de Instagram. De hecho, la prensa los pillaba entrando en el hospital horas antes del parto y era el marido de María el que subía un selfie con ella tumbada ya en la cama y él a su lado esperando a convertirse en padres por primera vez.
La estrategia a seguir, hablando desde el punto de vista influencer de moda, parecía estar clara desde fuera. Los siguientes pasos serían subir una imagen del bebé recién nacido (con o sin ellos a su lado) y después esperar a realizar la salida de la clínica desde donde posarían los tres juntos ante los fotógrafos congregados para tal ocasión como hemos visto tantas y tantas otras veces con partos como los de Sara Carbonero, Pilar Rubio y cualquier otra famosa que se precie. Sin embargo, María Pombo ha dejado claro que la revista Forbes no se equivocaba al darle su portada hace unos meses y posicionarla como reina de Instagram porque hasta ha reinventado el posparto, al menos de manera digital.
Tras dar a luz y subir a sus stories la imagen del pequeño Martín, la empresaria e influencer comenzaba a narrar su posparto, pero no de la manera que piensas. Lo primero que hizo fue desvelar el capricho gastronómico al que se había lanzado después de tantos meses sin poder disfrutarlo: el embutido. Ataviada con la bata del hospital y grabándose a ella misma, María ponía cara de estar en el séptimo cielo al disfrutar de unos trozos de lomo embuchado. Sí, lees bien. Una de las influencers más estilosas de España, comiendo lomo con la mano y directamente del envase de plástico. Brillante (como el arroz).
Tras esto, María volvió a lanzar una pregunta a sus fans. “¿Cuál creéis que será el orden de los apellidos de Martín?” Exacto. Otro dato personal que María convierte en público y con el que mantiene entretenidos y cercanos a sus seguidores. Es más, la influencer desveló que finalmente lo habían echado a suertes porque ambos querían que Martín tuviese como primer apellido el suyo. Finalmente, el pequeño ha sido inscrito en el registro civil como Martín Castellano Pombo y su famosa mamá mostraba en stories el momento en el que Pablo rellenaba los papeles.
Además, finalmente María se decantaba por un outfit que no había enseñado previamente y sus seguidores enloquecían (tanto para bien como para mal, ergo, polémica servida y comentarios e interacciones en su cuenta de Instagram echando humo). Tres ejemplos (lomo embuchado, apellido y look mediante) que demuestran que el posparto 4.0 ya está aquí y que puede ser acabar generando cientos de miles de likes, el verdadero pan de cualquier influencer que se precie.
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