Merkel también llora. La canciller se derrumba ante el azote de la pandemia en Alemania.

Con la voz temblorosa y al borde del llanto. Así se ha dirigido Angela Merkel en su intervención ante el pleno del Bundestag (la cámara baja) para pedir consciencia respecto a la situación de emergencia sanitaria que atraviesa el país por el COVID-19. Ante un auditorio enmudecido, la canciller ha defendido unos presupuestos para el año que viene que suponen un endeudamiento de más de 180.000 euros para combatir la crisis desatada por el coronavirus.

“Sé lo duro que es, sé el amor que hay en los puestos de vino caliente y en los gofres de la calle, pero no es compatible con lo que acordamos: solo comida para llevar a casa” -recordaba la canciller en tono de súplica. “Lo siento, lo siento desde el fondo de mi corazón, pero el precio que pagamos es de 590 muertos al día”.

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Alemania se encuentra en una fase decisiva

La petición de las restricciones por parte de Merkel llega después de conocer esa cifra: 590 muertos en 24 horas o, lo que es lo mismo, la cifra con la baten su récord de muertos en un solo día.

“Lo único que quiero decir es que, si mantenemos ahora demasiados contactos hasta Navidad y termina siendo la última de nuestros abuelos, habremos hecho algo mal. No debemos dejar que ocurra” -concluía la canciller en su intervención ante el Bundestag. Un discurso, inusualmente emocional, fue secundado por la cámara baja en forma de aplauso.

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