Hay dos épocas en el año en las que el cabello se regenera de forma natural. Un ciclo siempre inexorable… hasta 2020. La primera vez sucede entre marzo y abril: coincidió con la primera ola de la pandemia. La segunda, alrededor de octubre: en plena segunda pleamar. “En esta ocasión, dadas las circunstancias, la pérdida de pelo se ha visto incrementada durante todos los meses”, nos cuenta Claudia di Paolo, experta en belleza y creadora en España del concepto Spa Capilar. Sabíamos que la piel había sufrido los estragos del año, pero al parecer el cabello también ha pagado un precio. En el cuidado de una melena sana (es decir, bonita y brillante) solemos tener en cuenta la calidad del champú, y el ritual del acondicionador y la mascarilla. “Con esto ya tenemos un 50% ganado”, dice di Paolo, “el resto consiste básicamente en no agredir al cabello”. Ni con la coloración ni, ojo, con la manera de secarlo.
De hecho, una de las recomendaciones más extendidas entre los grandes estilistas es la de dejar secar el pelo al aire lo más a menudo posible. Primero, porque el aire caliente del secador “quita mucha hidratación, lo que no es bueno ni para el cuello cabelludo ni para el cabello”, nos explica Claudia di Paolo. Segundo, porque es la mejor forma de evitar texturas encrespadas: “Tenemos una mala costumbre, que es secar el cabello en una postura incómoda o moviéndolo mucho, lo ideal sería secarlo direccionándolo hacia donde queremos secarlo o al aire. Por eso mismo nos encanta cuando lo secamos en la playa ya que se seca de una manera calmada, lentamente. También es ideal secarlo al aire para evitar el calor de una herramienta y dañar el cabello en exceso”, nos explican desde Espacio Q, el salón madrileño de Quique Sánchez. Y es que tal y como dicen en Jean Louis David, “es el secado más respetuoso y suave” ¿También en invierno? Sí, también en invierno.
Cómo asegurarte de que va a quedar bien
Lo primero que hay que hacer, nos avisan en Espacio Q, es "quitar el máximo de humedad posible con una toalla. Después podemos aplicar algún tipo de crema de peinado -como el Smooth Infusion o el Curl Enhacer de Aveda- y enroscar el cabello en diferentes tirabuzones para dejarlo secar al aire. Una vez esté completamente seco y abramos los tirabuzones con los dedos, habremos conseguido unas ondas naturales ideales".
El caso de quien tiene una textura natural complicada ya lo abordamos con Elías Pedrosa, director creativo de Oculto Hair Club, en Vanity Fair: su consejo es aplicar diferentes tipos de productos de acabado, tanto para controlar el encrespamiento como para conseguir definir onda, con una crema ligera o un sérum, y cremas de peinado para un liso más pulido y brillante.
¿Y si hace mucho frío?
Hay que tener en cuenta que si lo dejamos mojado durante horas se puede deteriorar la membrana celular de cada cabello (la responsable del brillo y la fuerza). Además, salir de casa con el pelo empapado en invierno tiene un estigma asociado: "Vas a coger un catarro". Lo cierto es que no existe una relación directa entre una cosa y otra, aunque es verdad que la humedad prolongada puede afectar a nuestra barrera inmunológica. Por todo ello, en invierno hay horas preferentes para lavarse el pelo: "Lo ideal es hacerlo cuando tengas tiempo y no salir con la cabeza mojada por la mañana, es mejor lavarlo por la tarde noche en casa con un ambiente cálido", dice Claudia di Paolo. Además, las bajas temperaturas también pueden tener efectos indeseados: "El frío deja el pelo muy rígido y muy fácil de romper. Hay productos específicos que ayudan a protegerlo como el sérum o los spray de hidratación", añade esta experta. Entre sus favoritos, el Leave-in Conditioner de Sacha Juan y la Crème de Christophe Roben: "son perfectos".
Horario aparte, la gran clave es conseguir que se seque en menos tiempo. Si quieres conseguirlo, no utilices productos demasiado untuosos, ya que añaden humedad y pueden duplicar el tiempo de secado. Asegúrate también de que te queda bien limpio, ya que menos residuo quede en el pelo después de la ducha, más rápido se secará. Así, asegúrate que no dejas ningún resto de champú, que lo aclaras con abundante agua y que aplicas el acondicionador solo en las puntas.
En Sephora.
La importancia de la toalla
El adecuado uso de la toalla es fundamental porque es la que absorbe la mayor cantidad de humedad, tal y como nos recuerda Claudia di Paolo. "Las toallas de algodón son las más recomendadas: cuanto más puro sea el algodón, más suave será para la fibra" y recuerda que "nunca hay que retorcer el cabello sino que hay que hay que secarlo haciendo presión sobre el mismo. Empezamos haciendo un masaje con la toalla puesta para quitar el agua desde la raíz hacia la punta y luego toda la parte del largo del cabello, siempre con presiones nunca friccionando (ya que haces que una fibra esté en contacto con la otra y como las fibras tienen escamas hacen que sea abran las puntas)".
Existen, también, toallas de secado rápido capaces de reducir el tiempo de secado a la mitad. Es muy sencillo utilizarlas: solo hay que envolver el cabello durante 15 minutos, aplicar algún producto suavizante como el sérum y dejar que termine de secarse al aire. Si después recoges el cabello en un moño terso ayudarás a reducir el encrespamiento.
En Sephora.
¿Qué pasa con los cabellos con color?
Sabemos que el calor deshidrata la fibra capilar. Si a esto añadimos un procedimiento de decoloración, la estructura del cabello puede quedar muy comprometida. De ahí que los mejores coloristas insistan en que dejemos secar el pelo al aire libre (algo que mantendrá más fijo el pigmento) y que, en el caso de tener que utilizar el secador, lo hagamos solamente dos veces por semana.
¿Puedo irme a dormir con el pelo mojado?
Si bien un exceso de humedad podría causar problemas como hongos, caspa, debilidad capilar o irritación del cuero cabelludo, esto no significa que tengamos que esperar hasta que esté completamente seco antes de meternos en la cama. Y aquí hay dos consejos. El primero, que el cabello esté ligeramente húmedo. De esta forma, si le hacemos algún tipo de recogido, como una trenza o un moño, por la mañana habremos conseguido ondas naturales y mucho más cuerpo. Además, si elegimos una almohada de raso, esta evitará la fricción del pelo y con ello, el indeseado encrespamiento.
¿Y si no me queda otra que utilizar secador?
A pesar de los beneficios del secado al aire, hay situaciones en las que incluso conviene utilizar un secador de pelo. Por ejemplo, si prevemos pasar más de dos horas con el cabello mojado: "Esa humedad provoca la pérdida de la forma natural del cabello, ejerciendo presión sobre las proteínas que mantienen el pelo intacto, uniforme y estructurado", explica Verónica Flores, Education Team de Kevin Murphy, quien nos recuerda que, con una adecuada técnica, podemos evitar dañar el cabello. La clave es "una temperatura no superior a 47º y con el cabello a 15 centímetros de distancia. Si esta temperatura se viera aumentada, siempre es recomendable utilizar un protector térmico", añade.
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