Siempre se ha dicho que el rubio es el tono de pelo que más rejuvenece y que, llegada a cierta edad, las mujeres debían comenzar a aclararse sus cabello y obviar las tonalidades más oscuras. “Con el rubio resulta más fácil camuflar las canas que cuando hay contraste con un tono más oscuro. Además, aporta luz,ayuda a disimular visualmente arruguitas y hace que los rasgos parezcan menos prominentes o marcados. Aunque estas ventajas no lo convierten en la única opción para las mujeres maduras”, explica la peluquera Diana Daureo.
Por suerte, las reglas de colorimetría capilar han cambiado, técnicas de contouring cailar como el balayage y las babylights han llegado a prácticamente todas las peluquerías y famosas como Penélope Cruz, Paz Vega, Tamara Falcó o Monica Beliucci también nos demuestran que el castaño en su punto justo (el 60%) sienta igual de bien tanto a los 40 como a los casi 60 años. “Los tonos oscuros no están prohibidos, pero en la madurez es aconsejable acompañarlos de mechas en el contorno del rostro, si el pelo es corto, y en medios y puntas si el cabello es más largo”, puntualiza Luis Miguel Vecina, experto colorista y copropietario de la peluquería Coolday. En este caso la técnica del honey contouring (la luce Sarah Jessica Parker desde hace años), con dos mechones dorados más claros enmarcando el rostro para aportar tamizar rasgos prominentes y signos de la edad, es perfecta.
El tono dark chocolate es un castaño muy oscuro, pero que no llega a moreno, de lo más favorecedor. “El castaño claro suele resultar más apagado y plano y, sin embargo, esta tonalidad como de chocolate negro al 60 % crea mayor contraste con la piel, ayuda a dar profundidad a la mirada y marca o resalta rasgos como pómulos, labios o nariz”, comenta Daureo. Eso sí, “el brillo es esencial para hacerlo lucir en todo su esplendor, por lo que si se elige esta coloración hay que evitar en la medida de lo posible secadores y planchas que tienden a apagarlo. Además, también es recomendable usar cosméticos específicos de efecto glossy y realizarse un tratamiento profesional en el salón peluquería cada dos meses”, añade.
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