Tamara Falcó ha desafiado al frío este sábado por la noche para salir a cenar con una amiga en Madrid. El estilismo bien merecía la pena. Ha lucido un bonito vestido repleto de diminutos corazones en tonos rojos, burdeos y blancos sobre fondo negro puede que como guiño a su chico, Iñigo Onieva.
El vestido de manga corta y una longitud que no llega a ser midi, es cruzado, con escote en ‘V’ y va abrochado con cinco botones en un lateral de laparte delantera. Incluye, además, un cinturón fino de la misma tela que lo ajusta a la silueta. Se trata de uno de los modelos clásicos de la firma Rouje, Gabin, y según la web de la marca es, además de el alma de la casa, el vestido favorito de su creadora Jeanne Damas, la diseñadora que personaliza en ella misma el estilo parisino por excelencia y, por supuesto, lo transmite a sus prendas de estilo atemporal y muy femeninas.
La marquesa de Griñón lo ha llevado como sugiere Damas: con mules de tira ancha y tacón bajo y abrigo negro. Ha dejado ver su manicura y pedicura rojas y si sigue los consejos de la francesa, también debería llevar labial rojo, algo que, sin embargo, la mascarilla nos ha impedido comprobar y solo lo habrá visto la amiga con la que la hija de Isabel Preysler este sábado ha disfrutado de la velada.
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