Comienza la guerra por la herencia de Diego Armando Maradona, una fortuna incalculable que el futbolista ya blandió como arma arrojadiza en sus disputas con sus dos hijas mayores. Hablamos de Dalma Maradona, la primogénita de su matrimonio con Claudia Villafañe, nacida en 1987, y de su hermana Gianinna, dos años menor. El llorado astro argentino llegó a grabar un vídeo en el que anunciaba que las desheredaba y entregaba sus posesiones a obras sociales, aunque recientemente había retomado la relación con ellas. Así las cosas, sus últimas voluntades podrían ser las firmadas en 2016, tras un cambio sustancial para reconocer a tres hijos más
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El matrimonio del Pelusa con Claudia Villafañe se terminó en 2003, pero las infidelidades del astro argentino fueron incontables durante los 14 años que se mantuvo en pie. Maradona llegó a reconocer cinco hijos legítimos (Dalma y Gianinna, Diego Junior, Jana y Diego Fernando) pero tenía relación con tres más y junto a otros tres están solicitando ahora reconocimiento para disputar la codiciada fortuna del jugador: cuatro en Cuba (Javielito, Lu, Johanna y Harold, todos de entre 19 y 21 años), más el platense Santiago Lara, de 19 años, y Magalí Gil, de 24.
En 2016, Maradona cambió el testamento firmado en 2012 en el que solo figuraban sus dos hijas para reconocer a tres hijos más. Lo decidió tras comprobar que Dalma y Giannina se ponían de parte de su madre en el divorcio. Así las cosas, las dos hermanas tendrán que disputar su fortuna (según la ley argentina, un tercio de la misma como mínimo) con hasta 11 personas, además de iniciar una ardua investigación sobre las inversiones y propiedades de su padre, repartidas por medio planeta.
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Dalma es actriz y está casada con el jugador de rugby Ariel Caldarelli. Giannina optó por la moda e hizo abuelo por primera vez a Maradona en 2009 al dar a luz a Benjamín. Su matrimonio con el futbolista Kun Agüero se rompió en 2012. Las últimas disputa de Maradona con sus dos hijas mayores han tenido que ver con su estilo de vida. Ambas han denunciado a ciertos personajes del entorno del Pelusa como responsables de su mala salud. De hecho, los ha denominado «chupasangres». En 2019, tras unas declaraciones de Giannina en las que sugería que su entorno favorecía su mal vivir, el Pelusa anunció que desheredaba a todos sus vástagos.
Aunque su vida fue todo menos sensata, Maradona logró reunir un patrimonio considerable del que no se sabe, ni mucho menos, todo. A los rendimientos de su carrera deportiva sumó, con bastante éxito, una faceta de showman que desarrolló en distintos programas de televisión y contratos publicitarios. De hecho, en 2014, 17 años después de su retirada, era considerado uno de los futbolistas mejor pagados del mundo, con una fortuna que rondaban los 63 millones de euros.
Recordemos: en la temporada 2011/2012 entrenó en Emiratos Árabes al equipo Al Wasl por cinco millones de euros y en la 2017 volvió al país árabe para hacer lo mismo con el Al Fujairah. En 2018 se desplazó a México para dirigir el Dorados Sinaloa por 1,3 millones de euros. Además, fue seleccionador nacional entre 2008 y 2010. No se conoce lo que cobró por su último trabajo como entrenador del Gimnasta de la Plata, en 2019, ni por sus trabajos publicitarios con marcas como Konami, para la que anunció un videojuego de fútbol, o varias escuelas de fútbol.
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Según su abogado, Matías Morla, en 2018 Maradona contaba con empresas en China y Venezuela, además de invertir en un resort de lujo en La Habana. También trascendió su labor mediadora entre el gobierno venezolano de Nicolás Maduro y empresarios italianos para conseguir contratos para la venta de trigo, maíz blanco y aceite de soja por más de 1.000 millones de dólares. Sus negocios con empresarios italianos se cuentan entre sus activos más oscuros. Hizo negocios con Stefano Ceci, un fan suyo peseguido por la justicia en Italia y con residencia, a cargo de Maradona, en Dubái.
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Entre sus propiedades destaca su mansión de cinco dormitorios y piscina en el lujoso barrio bonaerense de Bella Vista y otras residencias en al menos tres barrios más de la capital. Era un gran amante de los coches de lujo y poseía un Ferrari Testarossa, un camión Scania, un Rolls Royce Ghost valorado en 300.000 euros o un BMW i8 que costó 145.000 euros. También hay excentricidades como un anillo de brillantes valorado en 300.000 euros que adquirió en Bielorrusia y usaba como amuleto en el banquillo de Gimnasia y Esgrima La Plata, y una camioneta anfibia que puede navegar.
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