Sin comerlo ni beberlo, Ramón Calderón, expresidente del Real Madrid, se ha situado en el centro de la actualidad. Él fue uno de los albaceas del testamento de Paquirri que tanto está dando que hablar estas semanas. Y él es uno de los nombres que ha puesto sobre la mesa Kiko Rivera, culpándole (recordando que esa culpa es compartida con varios agentes) de que esa última voluntad del torero no llegase a materializarse tal y como estaba escrita.
Ahora. es él quien habla. Porque Calderón no está dispuesto a que se hable sobre él a la ligera. Kiko no solo le llamó «sinvergüenza«, con todas las letras, sino que señalando una carpeta que tenía entre sus manos, le amenazó: «Con esto que tengo yo aquí, me lo vas a tener que explicar en un juzgado, porque eres uno de los implicados en toda esta trama, porque esto es una trama».
Ramón lo tiene claro: o el DJ rectifica y le pide perdón públicamente o no le va a quedar más opción que demandarle. Con todo el dolor de su corazón, como ha apuntado en unas declaraciones a Vanitatis. «Es muy duro denunciar al hijo de Paco«, se lamenta tras haber asegurado que llegará hasta donde haga falta para que su imagen y su honor no se vean dañados por esas declaraciones en el plató de Telecinco.
No puedo permitir es que se me cuestione»
«Mi abogada tiene la documentación. Es el hijo de mi gran amigo y es muy difícil denunciarlo. Pero lo que tampoco puedo permitir es que se me cuestione», detalla antes de señalar que, la única vía para evitar ese mal trago para los dos, es que se retracte. «Si es necesario, que ponga la excusa de que ha estado mal aconsejado«, añade muy dolido uno de los que fueran hombres de confianza de Paquirri.
Ramón se lamenta de que, tras esas declaraciones, ahora tenga a la prensa detrás, día y noche. De no poder salir de su casa con la tranquilidad que le gustaría. Reconoce que, durante unos años, aconsejó a Paquirri sobre ciertas decisiones, porque les unía una amistad muy estrecha. Pero deja igual de claro que él no tiene nada que ver con los líos de la familia Pantoja. Ni quiere.
¿Le servirá esta advertencia para hallar esa calma que tenía en su vida hace diez días? Veremos. Como también estaremos atentos por su Kiko decide dar marcha atrás y evitar un nuevo frente abierto, que bastante tiene con lo que tiene…
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