Les resultará familiar: una sale de casa con un precioso rojo/rosa/brillo de labios y al cabo de un rato descubre que ese color tan bonito –y que da al mismo tiempo buena cara y autoconfianza– ha manchado inevitablemente la mascarilla y desdibujado el trazo del pintalabios. Un efecto no deseado que comparten muchas mujeres a diario, también la reina Letizia, quien en uno de sus eventos recientes tuvo que apartarse discretamente a un lado para retocar su pintalabios, que se le había estropeado con la mascarilla. ¿Acaso hay manera de evitar este incómodo compromiso? "Si llevamos una mascarilla blanca durante mucho tiempo es muy difícil evitarlo", me reconocía Iván Gómez, gurú del maquillaje y Make Up Artist de Chanel, este mismo verano. "Pero sí podemos utilizar varios recursos", avanzaba, revelando el primero de los numerosos trucos que los profesionales han ido puliendo en estos meses y que hemos recapitulado en esta breve guía.
1. El truco clásico de los polvos
En estos meses Iván Gómez ha refinado un gesto que se utilizaba mucho en backstage y pasarela en los años ochenta para sellar la barra de labios y aumentar su duración sin que dejara ninguna mancha. "Es el truco clásico de los polvos como fijadores del labial, eso sí, tomando una pequeñísima cantidad de producto. Lo más importante es elegir un polvo muy ligero, como Poudre Universelle Libre de Chanel, y aplicarlo en un solo golpe. Será imperceptible pero dejará en el labio un residuo de partículas que aportarán una mayor fijación”, contaba en Vanity Fair.
2. Utilizar un labial mate
Es cierto que la reina Letizia no suele arriesgar mucho con su labial (sus tonos habituales son el arena, el rosado o el camel) pero es evidente su predilección por los acabados gloss, que en el caso del uso de la mascarilla suelen salir peor parados. El motivo principal para apostar por un labial mate es que este tipo de fórmulas se adhieren al labio mejor que las barras brillantes, porque el brillo es algo que no se puede fijar. El resultado: la posibilidad de la mancha se reduce considerablemente. Además hoy existe una nueva generación de labiales mate muy hidratantes que han conseguido mantener la fijación y al mismo tiempo no resecar, con lo que han pulverizado la principal reticencia ante este tipo de barras. Un buen ejemplo es Super Stay Matte Ink, de Maybelline NY, que se autodefine como “inalterable pese al uso de la mascarilla”.
3. El truco del papel
El gesto de frotarse los labios después de aplicar el color es un éxito y un error al mismo tiempo. Es un éxito del marketing, porque añadió un ritual fotogénico y glamouroso al acto de pintarse los labios, allá en los años cuarenta. Sin embargo, la mayoría de maquilladores profesionales lo consideran un gran error, ya que toda la precisión en el trazo y en la cantidad del producto se emborrona con ese acto. "Nunca toques un labial que acabas de aplicar" es una máxima que muchos repiten, aunque con una excepción: si el resultado es "demasiado" -normalmente porque hemos aplicado de más- sí recomiendan retirar el exceso con un pañuelo de papel colocado sobre los labios y en un solo toque, sin deslizarlo. Este truco clásico resulta hoy más práctico que nunca porque evitará que el exceso de producto acabe en la mascarilla.
4. Pigmentos de larga duración
Aunque, como la reina, muchas mujeres suelen optar por acabados brillantes para maquillar los labios a diario, esta opción no es la más adecuada cuando llevamos la mascarilla puesta. Aquí tenemos dos opciones: la primera, como nos recomendaba Iván Gómez, es rebajar las texturas más untuosas y apostar por "un labial que sea más un bálsamo de hidratación con un poco de rubor que una barra convencional". Por otra parte, si queremos una mayor cobertura sobre el labio, deberíamos optar por fórmulas de larga duración, que aseguren mínimo 8 horas, y cuyo pigmento no se deslice fácilmente.
En la línea de los labiales efecto tatuaje, Dior cuenta con su propio icono: Lip Tattoo es un tinte de labios de larga duración (12 horas) que segura una no transferencia del color y que impregna los labios con una alta cobertura. Lo que le diferencia es su fórmula ultraligera, que ha sido reelaborada con un 80% de ingredientes de origen natural y se presenta con un aplicador de espuma redondeado y biselado que sigue el contorno de los labios de forma intuitiva. Peter Philips, Director Creativo y de Imagen del Maquillaje Dior, recomienda aplicarlo así: "Colocamos el aplicador en el centro de los labios, bajo el arco de Cupido, y pintamos de derecha a izquierda".
5. Descubrir el fijador
En los últimos años la figura del fijador de maquillaje se ha popularizado y ya no es exclusiva de los platós de televisión. Quienes busquen un extra de seguridad pueden pulverizar un spray fijador después de maquillar los labios, como por ejemplo Fix It Forget It Spray de Lancôme, ultrahidratante, rico en antioxidantes y enriquecido con ácido hialurónico, que lo mantiene fresco durante 24 horas.
6. Antes del pintalabios: hidratar y exfoliar
Lo contábamos hace poco en Vanity Fair: según un estudio científico de la UNAM, los labios son cien veces más sensibles que los dedos de las manos de ahí que sus cuidados y mimos –con o sin crisis sanitaria– deben ser incluso más exhaustivos y específicos. »Muchas personas están sufriendo sequedad e irritaciones. Debido al roce y a la falta de ventilación bajo la mascarilla la piel de los labios se deshidrata e incluso se descama", cuenta Leticia Carrera, directora del Centro Médico–Estético Felicidad Carrera, a Vanity Fair. De ahí que la hidratación sea un factor fundamental para su salud y, en consecuencia, para que cualquier cosmético que apliquemos después (como el pintalabios) tenga mejor resultado. "Es necesario hidratar los labios al menos dos veces al día con productos específicos que incluya ácido hialurónico, aceites vegetales y péptidos o maquillaje de labios superhidratante", añade esta experta.
La exfoliación labial es el otro paso irrenunciable para retirar las células muertas de la piel de los labios y aportar un plus de suavidad y flexibilidad. El producto estrella desde hace años es el Lip Sugar Scrub de Dior, que contiene pequeños granos de azúcar y se aplica en forma de círculos.
7. Rescatar el perfilador
Desde hace un par de años doña Letizia ha rescatado la técnica de maquillaje que arrasó en los años noventa y que ha vuelto a fascinar: la que consiste en utilizar un perfilador de labios marrón y rellenar el interior con una textura más jugosa y brillante. Lo cierto es que los maquilladores no se cansan de insistir en la función de este lápiz para corregir el contorno y evitar que el color se difumine, pero el truco hoy tiene nuevos matices. La clave ahora es, antes de utilizar el pintalabios, rellenar el labio con un perfilador en el mismo tono. Esto hará que se fije más y mejor, y, por lo tanto, que evitemos en gran medida las manchas en la mascarilla.
Que a las españolas nos gusta maquillarnos los labios es algo bien sabido y que constata el reciente estudio llevado a cabo por Revlon “Hábitos y motivaciones de las mujeres españolas en el uso del maquillaje”: un 95,5% usa pintalabios a diario.. Es cierto que la nueva normalidad está cambiando la manera en que nos maquillamos pero también que las marcas cosméticas se están afanando en lanzar nuevas soluciones que nos permitan compaginar los pintalabios con la mascarilla. Para muestra, varios ejemplos: la francesa Guerlain (creadora de la primera barra de labios de la historia) acaba de reeditar su icónico Rouge G, Chanel cuenta este otoño con cinco grandes novedades en labiales (entre barras hidratantes, brillos de alta duración, barras líquidas y barras intensas) y la gurú del maquillaje con marca propia que es Charlotte Tilbury ha lanzado un brillo de larga duración (hasta 7 horas). Motivos para seguir maquillándonos no nos faltan ya que, como dice la propia Tilbury, el pintalabios es la felicidad en un tubo.
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