¿Embarazada? 11 síntomas claros que tu cuerpo te manda

Si crees que puedes estar embarazada, lee con atención cuáles son los 11 síntomas más comunes que te pueden indicar que estás esperando un bebé. La concepción de tu futuro hijo se produce sin que tú te des cuenta, pero muy pronto empezarás a notar que algo está cambiando en tu interior. Algunas mujeres no sienten nada hasta pasadas varias semanas, pero otras, notan los síntomas de embarazo desde muy pronto. Descubre cuáles son.

Desde el día de la concepción tu sistema hormonal empieza a trabajar para que tu bebé crezca bien. Y los cambios que producen en tu cuerpo no se van a hacer esperar.

Las primeras señales de embarazo se pueden notar incluso antes de la fecha en que esperas el período.

Sin embargo, lo más probable es que las confundas con las molestias premenstruales, porque la mayoría coinciden muchísimo.

Que notes uno, cuatro o ningún síntoma va a depender de tu nivel hormonal. Descubre cuáles son los más frecuentes.

Uno de los síntomas más tempranos es el sangrado de implantación.

Es un manchado que puede ocurrir a la semana de la fecundación, cuando el bebé se está implantando en el útero, porque en el proceso pueden romperse algunos vasos sanguíneos.

La sangre puede ser rosa o marrón, pero siempre tiene que ser menos cantidad que una regla y durar como mucho dos días. Si el sangrado es continuo, puede haber algún problema ginecológico.

Y si se da más adelante en el embarazo, una amenaza de aborto. Cualquier evidencia de sangre debe consultarse al médico.

Es frecuente que en los primeros días sientas dolor pélvico. Es una sensación parecida a la que experimentas cuando te va a bajar el período o a los dolores menstruales. Se debe a la distensión del útero.

Este malestar es normal si es leve, pero si llega a ser un dolor intenso, que te despierta por la noche o no remite con paracetamol, podría indicar alguna patología.

El primer síntoma que suelen notar la mayoría de las embarazadas es el aumento del tamaño de las mamas, que además empiezan a estar más sensibles.

Este aumento se debe a la acción de los estrógenos y es una sensación parecida a las molestias que sufren muchas mujeres en los días previos al período.

Por otra parte, los pezones cambian mucho. Además de aumentar de tamaño la aréola también se hace más grande y se oscurece por la acción de la hormona MSH, que es la encargada de la pigmentación.

Por último, también es normal que se desarrollen unos pequeños granitos alrededor del pezón, llamados tubérculos de Montgomery; tienen la función de protegerlo y lubricarlo durante la lactancia.

Otro síntoma, que resulta bastante molesto, son las náuseas. Aunque pueden darse a lo largo del día, son más frecuentes al despertar (deja preparados en la mesilla de noche unas galletitas o un yogur para tomártelos al despertar). Están vinculadas a la acción de la progesterona y la HGC (la hormona que emite el embrión), que irritan las mucosas del estómago.

Los vómitos, si aparecen, lo hacen a partir de la quinta semana de gestación. La buena noticia es que éstos, como las náuseas, suelen desaparecer en el segundo trimestre.

Los mareos también son una señal típica del primer trimestre. La acción de las hormonas del embarazo relaja los vasos sanguíneos y esto provoca que baje la tensión. Por eso se tienen más lipotimias al principio de la gestación. Un remedio casero para combatirlos es picar alimentos salados como pipas o aceitunas.

En todo caso, ten presente que tanto los mareos como las náuseas deben ser ocasionales. Si continúan pasado el primer trimestre o si son de gran intensidad tendrás que consultarlo con tu ginecólogo, porque podrían estar indicando algún problema.

No te extrañe que de pronto empieces a notar que te puede el cansancio. La razón es que tu cuerpo ha empezado ya a producir grandes cantidades de progesterona, una hormona que tiene un efecto sedante sobre el organismo.

El grado de fatiga va asociado a tu nivel hormonal y aumenta a medida que avanza el embarazo. Puede incluso que necesites dormir más horas de lo habitual, así que si hacia las nueve de la noche te caes de sueño, no te prives.

En todo caso, aunque este sea un síntoma normal coméntaselo al ginecólogo, porque a veces la fatiga puede verse empeorada por una anemia. Muchas mujeres la sufren durante el embarazo, porque es un periodo en el que las necesidades de hierro prácticamente se duplican.

De hecho, lo más probable es que el ginecólogo te pida un análisis de sangre para comprobar tu estado y quizá te recete suplementos de hierro. Tú, por tu parte, incorpora en tu dieta nutrientes ricos en este mineral, como la carne, el perejil, las legumbres o la levadura de cerveza.

Otro de los síntomas que pueden indicarte que estás embarazada es que de pronto tu percepción olfativa se agudiza muchísimo.

Así, olores que antes ni percibías o que te gustaban, como el del pescado al horno, ahora pueden llegar a resultarte francamente molestos.

Por suerte, los olores no siempre te provocarán rechazo. A muchas mujeres, por ejemplo, el hecho de oler más les abre el apetito.

Y el gusto es otro sentido que te cambiará. Los antojos, que sufren más de un 70% de las embarazadas, pueden empezar pronto, debido a los cambios olfativos y hormonales.

Es posible también que durante estas primeras semanas notes un sabor metálico en la boca. No es preocupante y desaparecerá pronto.

¿De repente te notas hinchada y empiezas a sufrir estreñimiento? Puede ser otro síntoma de embarazo. La progesterona es también la culpable en este caso, porque ralentiza el tránsito intestinal.

Lo normal es que al principio no engordes prácticamente nada, pero puede que a partir de la séptima semana, en especial si ya has tenido niños, empieces a perder cintura y a notar que no cabes en tus pantalones.

Otra consecuencia del cambio en el ritmo intestinal son los gases, una dolencia muy común en las embarazadas. Además, a medida que vaya creciendo el útero, el intestino se irá desplazando y eso puede desembocar en que las molestias y flatulencia empeoren.

Si ya lo notas, empieza a evitar los alimentos que aumentan los gases, como algunas legumbres, la col…

Durante la gestación se produce un incremento de los líquidos corporales, el riñón trabaja más y, en consecuencia, aumenta la frecuencia miccional.

De modo que si de pronto notas que necesitas ir al lavabo más a menudo, y además este síntoma va acompañado de alguno o de todos los síntomas descritos anteriormente, empieza a plantearte muy seriamente que estás esperando un bebé.

De cualquier manera este síntoma lo notarás muy al principio, luego dejará de ser tan evidente y volverás a experimentarlo en los últimos meses, esta vez porque el útero, al crecer, presiona la vejiga.

Y, para terminar, el último de los síntomas del embarazo, y el más claro: la ausencia de la menstruación. Ahí sí notarás, en especial si tienes ciclos regulares, que “algo está pasando”. Una vez confirmado el embarazo, empieza a cuidarte más y disfruta de tu nuevo estado.

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