La torpe y nívea intérprete de su debut en ‘Princesa por sorpresa’ (2001) se instala en el lado oscuro con ‘Las brujas’, adaptación del relato de Roald Dahl en el que Robert Zemeckis saca lo peor (¿o lo mejor?) de su protagonista. Ganadora de un Oscar y un Globo de Oro, en los más de 50 títulos que conforman la filmografía de Anne Hathaway se mezclan drama, comedia, musical y hasta animación. Un currículum que la convierte en una todoterreno. Entre sus próximos proyectos están ‘Lockdown’, ‘Sesame Street’, ‘Bum’s Rush’, ‘Armageddon Time’ y ‘The Lifeboat’.
Revelamos cinco curiosidades que (quizá) no sepas de ella.
Anne Jacqueline Hathaway (Nueva York, 1982) debutó con 17 años en la serie Get Real, junto a un jovencísimo Jesse Eisenberg, con el que coincidiría 12 años después poniendo las voces a las cacatúas de Río (C. Saldanha, 2011). Poco le duró su etapa televisiva, y el salto al cine llegó por los pelos, en Princesa por sorpresa, gracias al definitivo comentario de las nietas de Garry Marshall (responsable también de Pretty Woman, película favorita de Anne), claves en el casting: Esa chica tiene realmente el cabello de una princesa, sentenciaron, por lo que la candidata favorita del director, Liv Tyler, se quedó en puertas. Tres años después llegó la secuela por contrato, que le impidió compatibilizarlo con El fantasma de la ópera de Joel Schumacher. Aunque pospuesta, la decisión estaba tomada: dejaría la factoría Disney para convertirse en una actriz ‘adulta’. Fueron los consejos de Julie Andrews durante el rodaje los que la animaron a soltar lastre (y ropa) en la indie Caos (Havoc) (B. Kopple, 2005) y en Brokeback Mountain (A. Lee, 2005)
Protagonista de Timadoras compulsivas (Chris Addison, 2019) y Ocean’s 8 (Gary Ross, 2018), Hathaway jugaba con ventaja a la hora de trabajar sendos roles, puesto que había pasado cuatro años de su vida ignorando las mentiras de un novio que resultó ser un farsante profesional. El italiano Raffaello Follieri, autoproclamado amigo del Papa y agente inmobiliario del Vaticano, estafó a inversores americanos 100 millones de dólares, hasta que dio con sus huesos en la cárcel por cinco años. Los diarios de Anne (curiosamente el título original de su debut fue The Princess Diaries) se examinaron al milímetro, y sirvieron de prueba de no culpabilidad para la actriz.
Cuando se supo que el musical basado en la obra de Victor Hugo Los miserables tendría versión Made in Hollywood, Hathaway puso toda la carne en el asador para conseguir el papel de Fantine. ¿Por qué tanto empeño? Con él, Anne rendía homenaje a su madre, la actriz Kate McCauley, a quien había visto interpretando ese mismo papel en Broadway cuando era una niña. Tom Hooper, aconsejado por Hugh Jackman, se decidió por Hathaway en una carambola entre la amistad de ambos actores y la brillante voz de soprano de la intérprete (que la colocó en el puesto 69 de la Billboard Hot 100). Su empeño le valió el Oscar a Mejor Actriz de Reparto, entrando en el exclusivo club de las (solo) ocho actrices que se han llevado un premio de la Academia por un musical.
Anne Hathaway (que comparte nombre y apellido con la esposa de William Shakespeare) ha rechazado trabajos importantes por convicción, como le sucedió en 2007 con Lío embarazoso: la actriz no comulgaba con la idea de que Judd Apatow utilizara imágenes de un parto real. O su protagonismo en El lado bueno de las cosas, desdeñado por desavenencias con David O. Russell, oportunidad que sí aprovechó Jennifer Lawrence hasta el punto de conseguir el Oscar). A pesar de sus ‘noes’, Hathaway ha mantenido el equilibrio entre blockbusters como Superagente 86 o El caballero oscuro: La leyenda renace y cintas indies como La boda de Rachel (candidata al Oscar a Mejor Actriz) o Colossal, del español Nacho Vigalondo, que ironiza sobre el odio que generó en redes justo después de su paso por Los miserables.
Han transcurrido 30 años desde La maldición de las brujas de Nicolas Roeg, que adaptaba el mismo relato del galés Roald Dahl en el que se basa Las brujas de Robert Zemeckis. En él, Hathaway, embarazada de tres meses de su segundo hijo, retoma un rol que en su día encarnó Anjelica Huston, y coincide en el reparto 14 años después con Stanley Tucci (ambos en El diablo viste de Prada), cuñado de otra amiga íntima desde ese film: Emily Blunt. Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón ponen la guinda (y el dinero) a este suculento pastel.
Vía: Fotogramas ES
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